martes, noviembre 20, 2007

IMAGINA

Si soy algo, ya sea por atribuciones físicas o porque de alguna forma he obtenido la capacidad de serlo (digamos doctor porque estudié medicina y en última instancia porque me dieron la licencia para serlo, o vendedor de fruta no porque tenga licencia o estudié, sino porque me encuentro vendiéndote una piña en medio de la calle, u hombre porque tengo los aparatos y las hormonas, etc), puedo pretender ser otra cosa, solo que seguiría siendo lo mismo pero imaginándome que soy lo que no soy.

Por siglos, y es algo más reciente y más fuerte durante los últimos 100 años, el hombre se ha imaginado ser otra cosa: un ser totalmente independiente, algo solamente entrelazado a su naturaleza, que ha ido evolucionando desde algo que ni él tiene la menor idea que fue ni las herramientas de explicarlo. Dirías que es algo más lejano que sólo hace un siglo (repito: se hizo más fuerte durante los últimos 100 años), pero en el hombre antiguo siempre hubo el temor de que había algo detrás de todas las cosas. De que, en algunos hombres, esa entidad fuese mucho más terrorífica que en otros, y en algunos (como en el Dios que creemos los cristianos es el verdadero) una Persona más benevolente y deseosa de tener una interacción con su creación, ese no es el tema. La cuestión es que, tanto los profetas de Baal que se despedazaban con sus navajas para hacerlo salir (a Baal) como Elías, creían que había algo detrás de todo esto. Su imaginación no los llevaba a irse lejos de lo que son sino a irse lejos de la fuente verdadera: Dios, Yo Soy (no es que yo sea Dios, sino que prefiero usa el nombre con que se reveló a Moisés: YO SOY). Aunque en algún modo estar lejos de la fuente es ser lo que uno no es, pero intentar imaginar que no hay fuente es aniquilación total.

En el YO SOY está toda la explicación de quien es y al mismo tiempo todo el misterio. Cuando Dios dice: “Dile que Yo Soy te envió”, está diciéndome: “Dile que “Aquel que no necesita que ustedes piensen que Es y aunque ustedes piensen que no es sigue Siendo, te envió…” Pero al mismo tiempo sigue dejando el misterio de “¿quién realmente es?” junto con la explicación: “Yo Soy es todo lo que necesitas saber”.

Gracias a Dios, quienes imaginan no pueden influenciar a quienes no deseamos imaginar, aquellos que queremos entrar en contacto con la realidad, porque el que imagina crea imágenes que solo existen para su propia conciencia. Puede influir a otros, pero esos otros también necesitarían hacerse la imagen y llevarlas de algún modo a parecerse entre sí.

¿Qué está haciendo el hombre? ¡Imagina! Y un día despertará para darse cuenta que imaginó una pesadilla y despertó a una realidad peor de la que intento crear en su conciencia.

Dios Es quien Es y no es afectado por las imágenes que queramos crear.

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