miércoles, junio 20, 2007

LA FRASE LARGA...

¿Esto es cierto o es mentira?:
"El enojo en particular es casi como un mal comportamiento profesional en el ministerio contemporaneo. Los pastores están enojados con sus líderes por no liderear y con sus seguidores por no seguir. Están enojados con aquellos que no vienen al templo porque no vienen y con aquellos que si vienen por no venir con entusiasmo. Están enojados con sus familias, que los hacen sentir culpables, y enojados con ellos mismos por no ser lo que ellos quieren ser. Este no es un enojo abierto, expresado o gritado, sino un enojo escondido detrás de palabras suavizadas, de caras sonrientes, y de apretones de manos respetuosos. Es un enojo frizado, que se transforma en un agrio resentimiento y lentamente paraliza un corazón generoso. Si hay algo que hace que el ministerio parezca oscuro y aterrador, es este enojo oscuro y gradial de los siervos de Cristo." Henri Nouwen

domingo, junio 17, 2007

REAL TV Y LA GENTE DE VERDAD

Me encanta ver televisión, cosa que no hago por razones que no vienen al caso, pero siempre ha sido así toda la vida. Recuerdo que de pequeño y siendo un buen estudiante, la única cosa que los profesores ponían como recomendación era: “¡Felicidades! Sólo pon menos atención a la televisión y más a los libros.” Todavía conservó mi nota de 2do. de la primaria donde el profesor Miguel me había escrito sendo sermón al respecto. En cierto sentido las cosas han cambiado (leo más, veo menos televisión), pero no porque la televisión sea el emisario de Satanás para los tiempos postmodernos (o post-“pordondeestemos”).

Y la nueva no tan nueva cara de la televisión son los Reality Shows, nos tienen un poco saturados pero de vez en cuando se puede sacar alguno de ellos que está bien o algo que sea digno de ver. Una de las cosas buenas que puedes apreciar es que ves gente de verdad, real… no la gente con 20,000 dólares en cirugías en la clínica del Dr. 90210, mujeres con senos plásticos, todas rubías y con traseros asegurados por millones de dólares, que ya hasta lo que nos dan los paparazzis son preparados por ellos para el disfrute de todos nosotros. Sino a Ramón mi vecino, a Pleura la dentista… esa gente que ves en la calle, en las guaguas (colectivos, autobuses) o en el ascensor de un edificio cualquiera.

Hace algunos meses escribí de eso:
“Hoy vi a Jesús… ¡en serio! Y de verdad no lo puedo creer, mientras escribo esto hasta se me llenan los ojos de lágrimas… nunca pensé que al ver a Jesús uno lo sentiría tan real, que fuese tan… tan… emotivo… es más: nunca pensé que vería a Jesús y viviría para contarlo. No es que sea pecador o mucho menos, pero que se yo.. ¿quién se imagina que lo va a ver? Lo vi en “Real TV”, y se llamaba Fernando, se llamaba Luis, se llamaba Florencia, todos eran Jesús. Jesús se dedica cada miércoles por la noche a llevar comida a los que viven en las calles de Buenos Aires. Sopa, pan, leche para los niños, una sonrisa, un abrazo, un beso. Y lo seguía una cámara, no alardeaba de lo que estaba haciendo, y probablemente el reportero tampoco lo entendía, pero lo hacía, no es mucho: sopa, pan, sonrisa, amor; pero significa tanto. Hablaba con la gente de la calle, con Luis “el pintor sin techo” que pinta loquísimo y le enseñó a Jesús su pintura del gato, le dijo que solo en la calle uno suele perder la mente, y Luis lloró. Jesús le pasó pan, y sopa, y le dio un abrazo, Luis metía el gato que pintó en su mochila y le decía adiós con una sonrisa, mientras Jesús (que no era uno sino muchos) seguía caminando por Corrientes a hablar con más gente de la calle, con la música esa de Jovanotti, esa canción “Salato 2”…”

Tuve una experiencia similar anoche. Llegué a casa, después de no el mejor de mis días pero de un buen asado de corte argentino, de amigos, de una buena Coca Cola y ¡a ver televisión! Mientras paso canales me encuentro con “America´s Best Invention” (creo que así se llama el programa), y ¡man! Cada loco es lo primero que pensé, pero no… es gente con sueños, gente con problemas, y aparte de todo: gente que necesita a Dios. Lo pensé cuando vi a uno que llegó con su gran invento: un muñeco redondo y peludo, parecido a uno de esos de nieve, con una sonrisa pintada y que, cuando lo acariciabas, decía: “Todo va a estar bien.” No les tengo que decir que era obvio que el tipo parecía estar en depresión. O cuando llegó uno que vendió todo lo que tenía para adquirir su sueño: un juego de mesa que mi sobrinito se lo puede inventar y que obviamente no tiene nada de atractivo; o cuando llegó la señora con cáncer que se había inventado un dispositivo para las pelucas y que según ella las mujeres con diferentes tipos de cáncer la necesitarían. No es que todos los inventos eran malos, solo que algunos de ellos eran simplemente el grito desesperado de una sociedad que dice: ¡Ayúdenme!

En todo esto me preguntaba: “¿Dónde miércoles está la iglesia? ¿Dónde estoy yo?” Mientras el mundo grita desesperadamente por ayuda nosotros estamos cómodos, haciendo planes de conquistar al mundo sin habernos conquistado a nosotros mismos. La gente es real, y necesita el mensaje, lo que tenemos.

Pensaba en las palabras de Jesús: “por cuanto lo hiciste a uno de estos pequeños lo hiciste por mi.” Descubrir esas palabras es como cuando Jacob se dio cuenta que estaba ante la Presencia de Dios: “Verdaderamente Dios está aquí y yo no lo sabía.” ¿Puede ser que cada día estemos frente a la “conquista del mundo” y no lo sepamos?

lunes, junio 11, 2007

DA PHRASE

Me he dado cuenta que no podemos hablar algo que ya no ha sido dicho o pensado. Salomón no jugaba cuando decía que no hay nada nuevo bajo el sol:
"El mundo sigue una vida en todo y por todo contraria a la doctrina de Cristo, y las iglesias inventan sutilezas para demostrar que los hombres viven en armonia con la ley de Cristo, cuando viven en contra de ella. Y finalmente resulta que el mundo empieza a tener una vida peor que la de los paganos, y que las iglesias, no sólo se atreven justificar semejante vida, sino que hasta afirman que ella se acomoda a la doctrina de Cristo."
Pablo Eltzbache

viernes, junio 08, 2007

PUNTOS DE VISTA VERSION GRANDES LIGAS 02

¿Qué pasa con la espiritualidad?
Primero (y advierto que puede resultar chocante para algunos): esto de que los cristianos queramos dividir nuestros asuntos en: “espirituales” y “seculares”, es puro gnosticismo. Cuando esta secta empezó a invadir el pensamiento cristianos ya en el primer siglo de nuestra era, esparció la idea de que lo que es de la carne es impuro y lo que es “espiritual” es lo que vale, llegando a decir que como la carne es impura y corruptible era imposible que Cristo haya venido en la carne. De ahí el famoso pasaje en 1 Juan 4:1-3: “no crean a cualquiera que pretenda estar inspirado por el Espíritu, sino sométanlo a prueba para ver si es de Dios, porque han salido por el mundo muchos falsos profetas. En esto pueden discernir quién tiene el Espíritu de Dios: todo profeta que reconoce que Jesucristo ha venido en cuerpo humano, es de Dios; todo profeta que no reconoce a Jesús, no es de Dios sino del anticristo.”

De alguna forma el gnosticismo (muy estudiado últimamente por sensacionalismos como el “Evangelio de Judas”) dejó esta idea entre nosotros. Es así como para un cristiano orar es espiritual pero ir al trabajo es secular (¡y hasta del diablo!), ayunar es del Espíritu pero ver televisión es secular (como si no tuviese la capacidad “espiritual” de elegir que debo ver y que no, ¿dominio propio como parte de lo que nos imparte el Espíritu?).

¿No aconseja la Biblia que todo lo que haga “sea de palabra o de hecho” lo haga para la gloria de Dios? Creo que esto es suficiente para saber que como actúe ante toda situación sea “cristiana” o “¿no?” debo actuar como lo que soy: hijo de Dios. ¿O no dijo Cristo que el que es nacido del Espíritu hace las cosas del Espíritu afirmando Pablo que esas cosas el hombre natural no las entiende?

De hecho la palabra “espiritual” no es esta por ninguna parte en la Biblia. Para los que les gusta la cuestión hebrea es importante notar que tampoco en hebreo (lengua en que se escribió parte del Antiguo Testamento) existe una palabra que pueda ser traducida o que sugiera el significado de espiritual. El escritor Lawrence Kushner en su libro “God was in the Place and I Did Not Know”, nos dice:
“El Hebreo Clásico no tiene una palabra para espiritualidad. (El Hebreo moderno, ruchaniyut, viene como reacción a la palabra [espiritual] en Inglés).
El Judaísmo ve un mundo, que es material y espiritual al mismo tiempo. Para el Judaísmo todas las cosas- incluyendo, y especialmente cosas que aparentan ser no espirituales y asuntos materiales como basura, sudor, tierra y arbustos- no son impedimentos pero dimensiones de espiritualidad. Parafraseando el salmista, ‘toda la tierra está llena de Dios’ (Salmo 24:1)
Espiritualidad es esa dimensión del vivir en donde estamos conscientes de la Presencia de Dios.”

Es así como, cuando me dejo manejar por el Espíritu de Dios, todo lo que yo haga es espiritual. Creo (para los que usan el juego de frases en este sentido) que se sobre-entiende que como soy manejado por el Espíritu hay asuntos que no incluyo en mi menú de practicas diarias, porque al tener la conciencia del Espíritu este no me lo permite. Por eso es tan común ven gente que oran mucho pero cuando salen de ahí siguen siendo los mismos “hombres naturales” de siempre, pues dividen las cosas en espiritual y secular, orar es espiritual lo demás es natural y por eso orar requiere una respuesta espiritual pero lo otro una respuesta secular. No nos sorprendamos de esas actitudes mientras nuestra mente esté en esa posición.

Es así como la espiritualidad puede que no sea teológica y que la teología no nos sirva para nada. Ahora, ¿qué importan nuestros puntos cuando nuestra mente y nuestro corazón están tan lejos de Dios? Hace algunos días estaba meditando sobre algunas cosas como la prosperidad. ¿Es posible que la prosperidad que Dios promete no sea para nada como nosotros la imaginamos? ¿Es posible que para Dios prosperidad sea que tengas lo que necesitas específicamente para cada día y en abundancia, y cuando digo abundancia quiero decir: para los días siguientes aparte de hoy también? Y podríamos ir paso por paso con la forma en que percibimos la vida, que de hecho muchas de las cosas que tenemos realmente no las necesitamos. Y lejos de la prosperidad u otras teología que algunos de ustedes consideran erróneas y otros “correctas”, es posible que muchos de los puntos de vista que tenemos al compararlos con los puntos de vistas de Dios (grandes ligas) resulten hasta vanos. No es que el hombre no pueda conocer a Dios y sus puntos de vista, no quiero proponerle a nadie una nueva corriente cristiagnóstica; sino que necesitamos comparar más nuestras teologías y confrontarlas cuidadosamente con la Palabra, quizás encontremos algo bueno, más allá de saber si la espiritualidad es “teológica”.

Bendiciones.

jueves, junio 07, 2007

PUNTOS DE VISTA VERSION GRANDES LIGAS

Mientras leía un artículo bien interesante en una de las revistas cristianas más populares, casi llegando al final del escrito me encuentro con la siguiente pregunta del autor: “La espiritualidad suena muy bien, ¿pero es suficientemente teológica?” Seguido por argumentos que respaldaban su cuestionamiento hasta la afirmación de que “La espiritualidad, usada bíblicamente, es fecundada con un contenido práctico y teológico.” Lo siento, no pude evitarlo, me enojé.

Puede ser que tenga la razón al hacer dicho cuestionamiento, pero ¿quién me afirma que su teología sea “correcta”? A veces me siento como si muchos de nosotros fuésemos ratones de laboratorio mientras “expertos” en el tema (teólogos, filósofos y sociólogos “cristianos”) hacen la descripción que mejor les parezca a ellos sobre ciertos aspectos, reduciendo el cristianismo y el seguir a Jesús a simples términos o tablas algebraicas. No estoy en desacuerdo con que haya gente que estudie a profundidad los “misterios”, ¡al contrario! No podría estar más de acuerdo. Pero eso no les da la autoridad para el reduccionismo de la fe a simples puntos de vistas.

No quiero sonar ni “radicaloide” ni “ratonbiblioide”. Pero me gustaría poner ambas cosas (espiritualidad y teología) en el banquillo y luego cuestionar la validez de nuestros pequeños puntos de vistas frente a los puntos de vistas de Dios, los cuales no pretendo conocer, pero a modo de desconocedor quiero hacer esta comparación.

Almorzando con un pastor amigo (hay pastores que no son tan amigos) hace unas semanas, me hizo la siguiente historia (espero recordarla bien):
“Un místico cristiano, un pastor evangélico y un predicador fundamentalista mueren el mismo día. Esa misma tarde llegan al cielo. San Pedro los hace esperar en la puerta diciéndoles que antes de entrar tienen que tener una pequeña entrevista con Jesús, solo para aclarar algunos puntos que pudiesen estar erróneos, antes de entrar al cielo.
Entra el místico cristiano. Sale después de dos horas diciendo: “¡Wow! No sabía que estaba tan cerca de cosas ciertas.” Y entra al cielo. Le sigue el pastor evangélico, quien dura unas 5 horas y sale diciendo: “No sabía que había pasado tantas cosas verdaderas por alto…” Y entra al cielo. Luego entra el predicador fundamentalista. Pasan algunas horas, un día, dos días y nada de salir. Al cuarto día sale Jesús rascándose la cabeza y diciendo: “¡Wow! ¿Yo soy así? ¡Yo no sabía que yo estaba tan mal!”

Aunque quizás te pueda provocar risa (o confusión, no soy tan bueno haciendo cuentos que escucho una sola vez), es muy común escondernos detrás del muro de una teología que hemos creado y en la cual basamos toda nuestra vida. A veces llega el punto que está tan arraigada a nuestro ser que para nosotros esto es “Palabra de Dios.” Perdiendo la capacidad de definir si es correcta o no. Mi amigo Rafa hace un tiempo escribió algo sobre la utilidad de la teología, su punto era probar que “así como la ciencia se convierte en innovación al ser aplicable a la resolución de algún problema y llega a ser tecnología cuando mejora la calidad de vida de la gente, el conocimiento que tenemos sobre Dios debe servir para algo concreto, más allá de llenarnos la cabeza de aire.”

Cada persona, desde cualquier niño hasta el más viejo de los adultos, de todos los estratos sociales, razas o formación racional, tiene su propia teología. Ya sea influenciada por las tradiciones familiares, por un profesor de filosofía o sociología, por una película, que hayas estudiado teología propiamente, o que lo haya adquirido por el estudio personal de la Biblia y libros de unos cuantos verdugos por ahí, el concepto que tienes y lo que piensas de Dios es tu teología. Esta puede ser buena o mala, y si es buena puede estar mal aplicada, bien aplicada o no-aplicada. De hecho hay buenos teólogos, gente que si las leemos nos sentiremos que nos brindan las respuestas “correctas” pero que no la aplican para nada en sus propias vidas. Hay otros que tener las respuestas correctas los ha hecho caer, y hay gente que simplemente les sirve para envanecer su mente por haber adquirido el conocimiento “correcto” de Dios. Como una vez, un amigo, quien es una personalidad en el ámbito teológico y profesor de una universidad cristiana en Estados Unidos me dijo: “Con todo el conocimiento que tengo, se me hace tan difícil escuchar los mensajes de algunas personas. A veces traigo un libro a la ‘iglesia’ asi si el mensaje no me interesa pues adquiero conocimiento de otro lado.”

¿Quizás por esto la Palabra dice: “De la boca de los niños y de los que aún maman, fundaste la fortaleza…”? ¿por nuestro orgullo somos incapaces de oir las simples palabras de los misterios de Dios que son tan simples que no le damos paso a entenderlas?

Entonces la teología (como cualquier otra rama del conocimiento) te suma o te resta, te hace un mejor hombre o uno peor. Entonces no es suficiente que algo sea “teológicamente correcto”, si es que existe tal cosa (luego explico, no te preocupes)…

¿Qué pasa con la espiritualidad?

Continuará... (me hacía falta esa palabra)

lunes, junio 04, 2007

STOP KILLING JUDAS!

Tomo mi taza de café y me voy a nuestra pequeña sala a ver que encuentro en la televisión. Aunque para algunos es un aparato que debe ser quemado, no deja de ser entretenido pasar por los canales. Aquí hay un slogan de una famosa compañía de televisión por cable que terminó siendo una frase: “No hay vida sin telecable.” Es obvio que eso no es un absoluto porque no encontré nada interesante que ver.

Como no hay nada en televisión, ¿qué voy a hacer? ¡Escribir! Es algo que hago para desahogarme y gracias a Dios sin pensar en ningún público (aunque a veces pienso en eso… sinceramente). Hace algunos días estaba con mi esposa escuchando un mensaje de alguien muy conocido y respetado, donde se valía de todo tipo de cosas para poder probar su punto, y cuando digo todo tipo de cosas es todo tipo de cosas. Bueno, no entrando en lo morboso, pero si usando incoherencias teológicas que al fin y al cabo tendrá que explicar un día a alguien. Junto con eso, le sumo el montón de gente, que llena de buenas intenciones predica todo y se inventa un montón de cosas tan solo para atraer a otros a Cristo… buen intento pero, ¿es necesario?

Recuerdo una parodia que hicieron en un programa norteamericano de comedias sobre el Terminator viajando a la época de Jesús. Su propósito: defender a Cristo a toda costa para que no muera. Así que, aparece durante la Cena del Señor y mata a Judas, Jesús lo resucita y él vuelve y lo mata, Jesús lo resucita y: “Poncio Pilato a las 3:00!!” él vuelve y lo mata. Hasta que Jesús le dice: “Stop killing Judas!!!! (¡Deja de matar a Judas!) ¿es que no entiendes?” El pobre robot del futuro no entendía que defendiendo a Jesús ponía en juego el futuro de la humanidad.

¿Cuál es mi punto? Predicadores del evangelio: “Stop killing Judas!” No creo que se necesite traer puntos que comprometan la verdad para que otros vengan. Después de todo, ¿no nos damos cuenta que la gente que viene a nuestras comunidades son gente de verdad? ¿gente real? Los mismos dolores, sufrimientos, problemas, que todo el mundo. Mientras le pintamos a “el país de las maravillas”, Alicia solo quiere volver a casa. Sin darnos cuenta, destruimos vidas, les ocultamos la verdad, no somos totalmente sinceros, solo con el fin de que “permanezcan”. Pero, ¿permanecen?

Stop!

viernes, junio 01, 2007

Y DEL DICHO AL (PENSAMIENTO) HECHO... HMMM...


“Dios quiere un corazón de niño pero una cabeza de adulto.” CS Lewis

De niño recuerdo que lo que más me gustaba de la escuela dominical era que a Jesús les gustaban los niños. Al final del salón donde cada jueves, la tía Amarilis, nos llevaba a través de las enseñanzas de Cristo en la Iglesia de Niños, había un cuadro que nos fascinaba. Era Jesús, sentado en una piedra mientras cargaba a un niño en sus piernas y otros se apresuraban a El. Más me gustaba cuando me decían que tenías que ser un niño para entrar al Reino de los Cielos. “¡Wow! Este Jesús es más que cool, le encantaría que me quedara como un niño.” Muchos nos quedamos ahí y no solo desarrollamos un corazón de niño sino también la mente de un niño, y somos incapaces de absorber las verdades que continúan en el currículo.

Mientras continúo mi práctica de ser un discípulo de Cristo, y después de haberme dado cuenta lo importante que es mi mente en todo esto, también es un hecho las dificultades que representa. En primer lugar mi cuerpo está habituado a acciones (llamadas hábitos), algunas de las cuales realizo sin ni siquiera pensarlo; en segundo lugar, como esas acciones han formado parte de mi vida por un buen tiempo, entonces es obvio que es difícil romper con ellas y que no solamente debo pensar en cambiarlas sino también que debo tener un buen listado de ejercicios a través de los cuales pueda acabar con esos hábitos que no son los normales para un discípulo de Cristo.

Me he dado cuenta también, que hay muchas cosas que creo que no sabía que creía y que debería dejar de creer. Es así como, las dificultades que enfrento para ser lo que debería ser, tienen que ver con lo que no he dejado de creer. Básicamente (y dando un ejemplo muy asqueroso), dejé el inodoro sucio, lo tapé, luego lo usé como silla y durante toda mi vida participé en el ejercicio de hacerme creer que eso no era un inodoro sino la silla donde me siento. Vano error, porque años después, me he dado cuenta que sobre lo que estoy sentado no es solo un inodoro ¡sino que está sucio! Eso no quiere decir que fundamenté mi corazón y mi ser a enseñanzas falsas, sino que simplemente empecé a creer en algo sin dejar de creer en lo otro. Pensé por muchos años, y ese ha sido mi dilema de los últimos meses, que el trabajo estaba completo cuando sinceramente muchas cosas las había dejado de creer.

Eso tiene mucho que ver con como uno ve las enseñanzas de Cristo. ¿Sugerencias o literales? Es la gran conversación teológica. Escribiendo para los estudios bíblicos de El Círculo y sobre las enseñanzas de Jesús, reconocí que el problema muchas veces tiene que ver con que:
1- No conocemos las enseñanzas de Cristo, por lo menos no todas.
2- Como no las conocemos, pues se nos hace muy difícil aplicar.
3- Y al aplicarlas, es necesario que sus enseñanzas arropen nuestra alma, nuestro cuerpo y nuestra mente (“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas." Marcos 12:30)

Entonces, lo primero está en que la cuestión no es cuáles enseñanzas son sugerencias o literales, sino como arropamos las enseñanzas de Cristo. Cuando clasificamos una cosa de “sugerencia o literal”, las asumimos como reglas o deberes, y esto no es precisamente lo que Cristo está tratando de llevar. En Mateo 5:17, Jesús dice: “No piensen que he venido a anular la ley o los profetas; no he venido a anularlos sino a darles cumplimiento.” En muchas palabras: la intención de Cristo no es, en ninguna manera, traer otro conjunto de reglas que podamos cumplir sino, la forma en que puedas abrazar a Dios con toda tu alma, corazón, mente y fuerzas.

Las leyes solo trabajan con las acciones, y no pueden alcanzar el corazón que es la fuente de las acciones. La intención de Cristo no es en ningún momento darnos ninguna lista de nuevas cosas que hacer y que no hacer, obviamente las cosas que El dice que no hagamos no debemos hacerlas, pero si ese fuera el punto le buscáramos la lógica de cómo hacerlas en ciertos momentos de nuestras vidas.

Entonces el pensamiento cristiano tiene que resultar en la transformación del corazón, que según la Biblia es “la fuente”. ¿Por qué? Porque es la intención de Cristo. No que te sometas a más reglas, o que pierdas tu tiempo pensando en como y en que momento cumplir algunas cosas, sino que pongas a trabajar tu mente en como convertir tu corazón que es la fuente tanto de un ser malvado como de un ser renovado. Por eso Pablo le dice a los Romanos que sean transformados mediante “la renovación de su mente…” (Rom. 12:2) Es en tu cabeza donde se empiezan a cambiar esos antiguos hábitos por hábitos nuevos que resultan en la transformación de la fuente: el corazón.