martes, septiembre 30, 2008

DESDE UN INEXPERTO

Mierkina que no soy un experto, pero si he aprendido algunas cosas; y aunque me he dado cuenta que todos nosotros recordamos los consejos después de un tremendo guamazo, decidí escribir algunas de las cosas que pienso que mis amigos que están empezando una comunidad o congregación (se le dice “plantar iglesias” en el populacho cristiano, siendo populacho una palabra no despectiva) y para aquellos que tienen interés en eso. Otra vez: ¡qué no soy un experto! He cometido más errores que el diesh, aún así de lo poco que tengo les doy.
Si sientes que Dios te está llamando a comenzar una Iglesia:
1- Asegúrate que sea la voz de Dios y no la emoción de las pantallas.
2- Luego que te asegures, entonces piensa:
• ¿Qué grupos o qué tipo de personas nadie está alcanzando en mi país o en mi ciudad (o en otro país)?
• ¿Qué tipo de comunidad esa gente necesita?
• ¿Estoy preparado para alcanzarlos?
3- Pon eso en oración, y luego investiga todo lo que puedas, busca la guía de Dios en eso.
4- Entonces, planea como vas a empezar todo. Traza tu visión y cómo lo puedas cumplir, e involucra a una o dos personas (si estás casado: ¡tu esposa!) en esta tarea, comunicándoles apropiadamente lo que tienes en mente.
5- Asegúrate que esas personas sientan amor por quienes específicamente quieres alcanzar.
6- Pasen tiempo en oración juntos, antes de empezar, orando a Dios por quienes quieren alcanzar, y que serán los discípulos potenciales en esta comunidad.
7- Aunque estás empezando una comunidad para cierta clase de personas en específico, recuerda que la iglesia es para todos, todos son bienvenidos. Aunque sientas el llamado a los hippies que venden pulseritas en el parque, una pareja de señores que ni hippie en un pelo, deben sentirse (y deben sentirse) bienvenidos, aunque no necesariamente cómodos. Con esto quiero decir: que no debes cerrarte a que aunque te has propuesto cazar palomas atrapes par de ciguas.

No creo que Dios quiera que tú hagas lo mismo que todo el mundo está haciendo. ¿Cuál es el punto de eso? No lo digo por estrategia mercadológica sino por llamado. Dios es un Dios creativo y que ama la diversidad, mira cuantos colores de personas hay; si miro los árboles fuera de mi ventana me doy cuenta que hay diversidad de formas en las hojas, en los troncos, en las frutas y en las flores, y si comes las frutas, saben también diferente ¿cuál es el punto con ser igual? Alguien te diría que atraer más gente… si ese es el punto eso es sumamente fácil, empieza a hacer payasadas y el mes siguiente estarás en un estadio (yo se que aquí muchos estarán en desacuerdo conmigo). Pero no estás aquí para atraer más gente sino para hacer discípulos, y esa tarea, aunque más difícil, es la nuestra.

Cuando empieces:
1- Trata de que la mayoría de personas con que empieces no hayan ido a ninguna iglesia. Como mencioné, vas a necesitar la colaboración y el apoyo de otros hermanos que se unirán a esta visión contigo, pero que desde el principio tu meta sea crecer por alcanzar y no por transferir miembros disgustados con sus congregaciones… un día de estos también se disgustarán contigo.
2- Con las personas que están ahí para apoyarte y que han venido de otra congregación comunícale claramente tu visión, para que no haya malos entendidos y falsas expectativas. Al principio (y quizás todo el tiempo), si estás haciendo algo “nuevo” (es decir diferente), vendrán gente de otras congregaciones que anhelan apoyarte pero que tienen miedo a estar ahí, y te criticarán, te alabarán o te crucificarán.
3- Ponte por delante de las críticas, siempre están ahí, así que no las escuches. Te hará un gran favor.
4- En algún punto, a causa de la curiosidad de lo nuevo, estarás lleno de gente… Recuerda esto: estás hinchado y no gordo. Cuando exijas compromiso y colaboración, te darás cuenta que esa gente nunca perteneció ahí, y quedarás con quienes empezaste, no te pongas triste: ¡E’ pa’ lante que vamo’! Por eso, otra vez: comunica siempre tu visión, qué hay en tu mente, lo más importante: que Dios te llamó a hacer, así alejas los malos entendidos y las falsas expectativas.
5- Enfócate en hacer discípulos no miembros, y recuerda que son discípulos de Cristo NO TUYOS.
6- Pon claro que una de las expectativas es la comunidad, que nadie es perfecto y que nos acompañamos camino a la perfección.
7- El crecimiento es orgánico y toma tiempo.
8- No te compares con nadie, ni tengas envidia.
9- Respeta lo que otros pastores están haciendo. Dios los llamó también a ellos.
10- Invierte en tu carácter más que en tu reputación, es mejor ser un hombre de Dios con mala fama que un hombre con buena fama muy lejos de Dios. Al final, quien tiene la última palabra es Dios.
11- Descansa. En la vida todo tiene su proceso: los árboles descansan, dan flores, dan frutos y vuelven y descansan para empezar otra vez el proceso. Hemos crecido bajo la firme exigencia de siempre dar frutos, pero los frutos tienen su temporada. Asi que hay tiempo para no hacer nada, tiempo para prepararse y tiempo para dar, ese ciclo se repetirá miles de veces en toda tu vida. Nadie se va a morir si un lunes duermes más de la cuenta o vas a la playa con tus hijos. La obra es de Dios y tú eres su colaborador.
12- Muy importante: ESTO NO ES UNA FORMULA, SON CONSEJOS ¡VELDUGO!
13- Cuida tu familia: tus hijos son tus hijos y no los “hijos del pastor”. Dedica tiempo a tu esposa, aparta un día o dos de la semana para cenar y salir con ella.
14- Busca un mentor (no es lo mismo que cobertura), alguien con quien puedas hablar y con quien te puedas descargar, y que pueda hacer lo mismo contigo.
15- Levanta líderes, ejercítate en el difícil arte de delegar, que todo el mundo haga algo en tu congregación. Jesús es el único Super Star, así que deja de jugar al artista-centro-de-atención. No acostumbres a la congregación a tu persona ni trates de atraer a nadie a tu personalidad.
16- Algo muy difícil: deja que la gente aprenda cometiendo errores, después de todo, alguien dejó que tu los cometieras y por eso hoy estás aquí.
17- Valor
18- Valor
19- Valor

Na! Hace calor y tengo visitas, si me acuerdo de algo más te digo.

lunes, septiembre 29, 2008

¡Wow Samuel!

Realmente quería que el título de este post fuera "¡Mierda Samuel!", porque así es que me siento, no como mierda sino como "¡Mierdaa!" Pero esos momentos llegan en la vida y uno que es cristiano los aprecia como una pausa, y el que ya no está como ganancia y como una continuación.

Anoche domingo 28 de Septiembre, a las 10 p.m. y algunos minutos, murió mi amigo Samuel Ortega. Cantante, auténtico Salmista (si... hay algunos "salmistas"), pastor, predicador, con una pasión increíble por jóvenes. Soñamos juntos, comimos juntos, compartimos juntos.
Era el año 1996 o 1998, yo era un rebelde muchacho pentecostal de una iglesia super rajatabla de ultraderecha nazi (hey! amo esa gente pero es la verdad!), y estaba sentado en el Hotel Dominican Fiesta junto a otros cientos de jóvenes de diferentes denominaciones mientras Samuel nos dirigía en adoración:
"Estoy aquí tal como soy
con mis errores y virtudes
con mis temores y alegrías..."

En ese momento mientras lo veía a él y a otro amigo que después predicó, soñaba. Yo era un tipo de un barrio de Santo Domingo, de una iglesia sin recursos, sabiendo mucho menos de lo que no se ahora y muy cerrado a ser abierto, pero rebelde y soñador. Años después (¡pa mi eso fue increíble!) toque el piano una noche para Samuel (no soy para nada buen pianista, asi que me escogieron porque no había más nadie), yo no me lo podía creer, y lo que siguió fueron años de amistad, de cantar juntos, de que nos dirigiera algunas veces en adoración en El Círculo. Canciones que hoy son himnos en nuestra pequeña comunidad: "Amando, Amando"; "Olei, Olei"; "Quisqueya"; "Tal Como Soy"; "Señor Dame Fuerzas"... las cantamos una y otra vez y nunca nos cansamos.
¡Wow Samuel! Te veo luego.
Oremos por su familia.
Mientras tanto les dejo con la oración de Samuel para nuestro país, Quisqueya:
"Te quiero ver cantándole al Señor cada mañana
Te quiero ver con una Biblia abierta en tu ventana
Te quiero ver libre como cada madrugada
Mi Quisqueya te quiero para Dios

Quisqueya donde el cafecito llama a compartir
Quisqueya que rico saborear tu caña dulce
Quisqueya tus playas y tus campos son un deleitar
junto al sueño que tuvo Dios un día en verte respirar.

Te quiero ver cantándole al Señor cada mañana
Te quiero ver con una Biblia abierta en tu ventana
Te quiero ver libre como cada madrugada
Mi Quisqueya te quiero para Dios"

lunes, septiembre 22, 2008

NACER DE NUEVO (FELICITENME)

Hace cuatro días cumplí 17 años siendo “cristiano”. Era el 18 de septiembre de 1991 y yo estaba en el último banco de un templo lleno de gente, las imágenes aparecen como en un sueño pues no recuerdo la cara de nadie. Es como cuando las memorias se van borrando y gente va desapareciendo. Del predicador solo recuerdo que tenía un traje blanco; no recuerdo el mensaje, las canciones ni nada… ah! La otra cosa que recuerdo: pase por compromiso, ante la eufórica reacción de mis luego hermanos en la fe, que no sabían que no entendía qué estaba haciendo ni para qué había pasado. Lo recuerdo como hoy pero no recuerdo nada. Días después seguí yendo a la iglesia por responsabilidad, pero en ese proceso me gustó el asunto y aquí estoy.

Hoy, me pregunto ¿cuándo es que realmente uno nace de nuevo? ¿puedes nacer de nuevo ante una decisión que no has tomado sinceramente? ¿aunque esa decisión no fuese sincera una simple oración te da derecho de ocupar un espacio en el Reino? Pregunto desde la sinceridad. Porque sinceramente unos meses después tenía todo el amor por mi nueva “fe” que ustedes puedan imaginar: cerca de donde vivía está la Zona Industrial de Herrera, y mi hermano y yo aprovechábamos las 5 de la tarde, cuando todos los trabajadores salían, y distribuíamos alrededor de 300 tratados diarios. Fuimos maltratados por la fe (la gente se reía de nosotros), fuimos rechazados (la gente tiraba los tratados), pero nos sentíamos orgullosos de que estábamos haciendo el trabajo. ¿Creen que Dios mira mal eso? Aunque ahora no simpatizo con el método, Dios sabe qué había en nuestros corazones: ¡unas benditas ganas de cambiar el mundo! Y no: no creo que lo miraba mal. Tocaba conga en la iglesia, luego batería, luego guitarra, luego el piano. Cantaba, limpiaba los bancos. Fui maestro de escuela bíblica, predicador irresponsable. Estudié en el Seminario de mi denominación, di clases de Hermenéutica, Pedagogía y (esta los va a hacer reir) Dispensaciones, cosa que solo hice por un año porque a algunos pastores en entrenamiento que ya tenían algunos años, les ofendía que un jovencito inexperimentado de 19 años les diera clase.

¡Cuántas vainas hice! Pero hace 6 años me di cuenta que el piso debajo de mis pies tambaleaba. Ya no tenía la misma pasión por el ministerio ni por las cosas de Dios, raramente oraba y mi vida era de compromiso, y descubrí (no que haya sido la primera vez que lo haya leído pero era como si fuese la primera vez) el Sermón del Monte, y Dios rompió todos mis ídolos. Me di cuenta que años de experiencias, de trabajo ministerial, y de tiempo en la iglesia, me habían dejado con nada y que era tiempo de… ¿nacer? Así que, hace 5 años, me rendí a una nueva vida, una nueva vida de búsqueda de Dios, sincera y honesta, de alinear todo mi ser en orden de servirlo no con mi espíritu o con mi carne, sino con todo. Ya la cuestión no era sobre los materiales con que había construido la casa, sino donde lo había construido. Antes la verdad eran dogmas, doctrinas, estatutos y burocracia, ahora la verdad era Cristo. Antes no estaba seguro que creía, era un “delay” que repetía algunas cosas que parecían chulas y revolucionarias, ahora estaba seguro de lo que hacía y de lo que quería.

Júzgueme el que quiera. Entiendo que Dios me amaba tanto antes, cuando sinceramente vivía lo que no sabía, como ahora. Antes cuando “de oidas lo había oído” como ahora que “mis ojos” lo ven. Su amor nunca varió, me ama tanto como ama a aquellos que todavía no se han acercado a El. La cuestión es que no se cuando fue que realmente nací de nuevo, y no es que lo haya dudado, así que prefiero decir que nací de nuevo dos veces.

sábado, septiembre 20, 2008

UNA FRASE DEL GEN X

"Mi secreto es que necesito a Dios- que estoy enfermo y no puedo seguir en esto solo. Necesito que Dios me ayude a dar, porque ya no me siento capaz de hacerlo; que me ayude a ser bondadoso, pues he perdido la capacidad de bondad; que me ayude a amar, pues veo más allá de poder amar."
Douglas Coupland

miércoles, septiembre 17, 2008

¡Dos años Gardel! ¡Dos años!


Hoy cumplo dos años de casado... Dios sabe como hace sus cosas y de verdad que para mi ha sido una bendición estar con Noe. He crecido muchísimo, valoro más algunas cosas, aparte que estar con una persona con quien compartes todo no tiene precio, principalmente si los dos se aman.

¡¡Seguimos!! Por muchos años más...
TE AMO NOE!!

martes, septiembre 16, 2008

EN:CUEROS

El domingo pasado en El Círculo, le dimos fin a una serie de mensajes sobre la confesión. Yo como pastor, parte de los líderes y algunos de los muchachos, confesamos públicamente nuestras faltas, errores, tropezones y adicciones; no como un acto de “pietismo” o falsa piedad sino como un llamado a “ACOMPAÑARNOS”. Luego todos escribimos nuestro más oculto secreto, eso que no podemos decir a nadie en una tarjeta, anónima, como señal de un primer paso en esta práctica tan olvidada. Esto fue para todos nosotros un llamado a acompañarnos, a sentir la libertad de quitarnos las máscaras, la increíble sensación de “no tengo que pretender”. No sólo hicimos un voto a la confesión abierta sino también al compañerismo, entendiendo que luego de confesar una mano amiga debe ser extendida en compañía en esta travesía hacia la liberación.
La Biblia dice en Proverbios 28:13:
“Quien encubre su pecado
jamás prospera;
quien lo confiesa y lo deja,
halla perdón.”

Y en el Salmo 32:3-5:
"Mientras guardé silencio,
mis huesos se fueron consumiendo
por mi gemir de todo el día.
Mi fuerza se fue debilitando
como al calor del verano,
porque día y noche
tu mano pesaba sobre mí.
Pero te confesé mi pecado, y no te oculté mi maldad. 

Me dije: «Voy a confesar mis transgresiones al Señor», 

y tú perdonaste mi maldad y mi pecado."

Por querer desasociarnos de las costumbres y prácticas de nuestros amigos católicos, hemos rezagado prácticas bíblicas y han quedado en desuso. Pero no solamente es el problema: las más altas expectativas de perfección se dirigen hacia la iglesia. Las tiene el que está dentro, que pretende y niega que algunas cosas (pecados, adicciones y malos hábitos) puedan pasar entre nosotros los creyentes, y las tiene el de afuera, con sus conocidos comentarios de “¿y este no es cristiano?” Vivimos en esa presión que a lo único que nos lleva es a pretender y a llevar puesta una vida que no es nuestra, mientras morimos por dentro en soledad por no poder sacar a la superficie lo que nos está matando. La hipocresía ataca a la iglesia como un enemigo invisible tan visible que ya no lo podemos ocultar. Por eso hicimos ese otro voto donde reconocíamos que “aquí nadie es perfecto.. pero tamo en eso.”

Uno de los muchachos hoy me escribió:
“Hola Fausto! Me siento más k féliz por lo que Dios está haciendo en El Círculo, y por la apertura que hemos tenido a la confesión. Dios nos bendecirá mucho, es una nueva etapa d madurez y compromiso para [entre] todos, y estamos cambiando… Thx.”

Las heridas ocultas y sin cuidado hieden, pero aquellas heridas que son expuestas no solo son sanadas sino que cicatrizan mejor.

“… confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados.”
Santiago 5:16

“Nadie puede ayudar a nadie sin verse envuelto, sin entrar en la situación dolorosa de la otra persona, sin tomar el riesgo de salir herido, golpeado o destruido en el proceso.”
Henri Nouwen

miércoles, septiembre 10, 2008

THE BEAUTIFUL PEOPLE

¡Qué pasa! Todos aquí sabemos que eso dique de: “TE ACEPTAMOS TAL COMO ERES EN ESTA IGLESIA” es una de las falacias más grandes del mundo, es solo un gancho, una estrategia mercadológica, un letrero lumínico en nuestras campañas evangelísticas. En todo caso no es bueno generalizar así que digamos que es la falacia más grande en la mayoría de las ocasiones en que se recita.

Recuerdo que a finales de los 80s (época con la que no me relaciono mucho), había un comercial de televisión donde Cantinflas (ya entrado en añitos) recomendaba un bolígrafo con la frase: “BIC™ no sabe fallar!”. ¡Ajá! Inmediatamente todos los que comprábamos BIC esperábamos que fuese una de esas plumas eternas con las que escribes tu memoria en un pedazo de papel. Irónicamente, mis peores pesadillas “boligrafescas” vinieron cuando después de una o dos veces de usarlo fallaba… ¡para siempre! Lo peor de todo es que no pasó una vez. Lo intenté una segunda vez, y una tercera, ¡igual! Así que lo abandoné.

Una vez que levantes la mano se espera de ti que seas perfecto (a propósito de la frase del post anterior). Muchas veces la gente vive en ansiedad y depresión ante las estrictas demandas de gente que en su imperfección no tolera que otros se den el lujo de ser imperfectos… ¡y que vivan con eso! Es el problema de las expectativas.
Años después, esos mismos BIC™s, venían de diferentes colores (amarillo, verde, rojo, rosado, azul, etc.), y con unos diseños loquísimos en su piel. En la cajita, la misma frase: “BIC™ no sabe fallar. Asi que lo intenté, para darme cuenta que no sólo pasaba lo mismo sino que tenía manchas de tinta en mi pantalón y en mi camiseta. Creo que hubiese comprado BIC toda mi vida si una frase no se estampara en mi cabeza (… NO SABE FALLAR). Como estaba esperando que no fallara, ahora ni lo puedo ver.

Si ser cristiano es ser incómodo ahora será mucho más. Durante algunas semanas en El Círculo, hemos estado hablando sobre crear una cultura de aceptación dentro de nuestra congregación. Siempre hemos proclamado hacerlo, pero no necesariamente pasaba. Lo chulo es que para que esto ocurra tenemos que estar dispuestos a escuchar historias peores que la peor película de terror en versión japonesa, coreana o china, o películas de monjas (nada contra ti Gaby, solo tengo que admitir que las monjas, cuando están en sus trajes me asustan). Porque a la gente, a esa misma que está al lado tuyo o detrás o al frente o que te escucha (si eres pastor y predicador), tiene historias muy feas, de heridas, de pasados incongruentes con la “realidad” cristiana, y que en la mayoría de los casos no queremos escuchar. Nos hemos propuesto sacar nuestra imperfección y no pretender, confesar lo feo y enfrentarlo, es la única forma de vencerlo.

No queremos escuchar, por eso creamos la “cultura de la perfección”, porque la confesión nos da miedo. A los pastores porque no nos queremos enterar (aunque sabemos) de la destrozada vida de la gente, y que esos están en nuestra congregación. Y a la gente porque vivimos del estatus, ¿ y qué carajos dirán si me ven con este (o con ésta)? Pero peor aún: porque donde es posible mostrar imperfecciones, también se verán las tuyas. ¿Qué pasará con el estatus y la reputación que tanto te han costado?

Es necesario un espacio para el compañerismo y la confesión… pero de eso hablaré en otro post.

sábado, septiembre 06, 2008

EVANGELIO-TERAPIA Y UN PROBLEMA DE EXPECTATIVAS

Mi hermano, amigo, compatriota y (tristemente) amante de los 80s: Alexander Rodríguez, escribió un artículo frikiantemente aperísimo en su blog sobre algo que algunos han llamado “El Deísmo Terapeútico… etc”. A propósito de lo mismo que él comenta (desconocía totalmente este estudio) la forma en que venimos predicando el evangelio por años ha afectado la percepción que la gente tiene del cristianismo. No sólo eso, está y ha afectado la imagen que los cristianos tenemos aún de nosotros mismos.

Nuestros mensajes, nuestra música, nuestros libros (gracias a Dios no de forma totalitaria aunque desgraciadamente la mayoría), apuntan a la autoayuda como estrategia para atraer gente (es como si Dios activara el dios que está en ti, Gatorade y todo lo demás) y al psicoanálisis como forma de aconsejar. Cuando las expectativas que la gente tiene de Dios es como un agente de servicio que te arregla la luz, el agua, el gas, sana a tu abuelita, tiene excelentes tratamientos para la depresión, cura tu dolor de muelas, ferretería, se cura sinusitis con un paño sólo, y la iglesia como concierto musical y predicador motivacional, la decepción está a la vuelta de la esquina.

No es que Dios no pueda intervenir en ninguna de estas cosas, El lo hace porque ¿qué miércoles no puede hacer Dios? Pero cuando nos acercamos a El creyendo que los únicos problemas que tenemos son de índole material, emocional o psicológicos, de cierta forma negamos que somos pecadores y que mucho antes que nuestros problemas materiales, emocionales o psicológicos (incluyendo los de ferretería) esa era nuestra condición. Esa negación impide un arrepentimiento auténtico, más que nada dificulta la confesión (Salmo 32 es un texto del diesh sobre la confesión), que es indispensable como primer paso para una liberación genuina.
Como las expectativas que tenemos en la mayoría de los casos no se iguala a lo que Dios nos ofrece, la decepción y la deserción es más común que nunca. Claro, porque cuando no sabes en que caray te estás metiendo y después te saltan con otra cosa, tú dices: “¡E.. pérate! De eso no fue lo que hablamo´.”

Termino con la misma pregunta: “¿Qué carajos estás predicando?”
Bendiciones…

jueves, septiembre 04, 2008

OTRA FRASE (¡no aguanté!)

“Quedarse a solas con el propio mal es quedarse completamente solo. Y puede ser que, a pesar el culto en común, la oración en común y la comunión en el servicio, haya cristianos que permanezcan solos, sin llegar a formar realmente comunidad. ¿Por qué? Porque si bien están dispuestos a formar parte de una comunidad de creyentes, de gente piadosa, no lo están para formar una comunidad de impíos y pecadores. La comunidad piadosa, en efecto, no permite a nadie ser pecador. Por esta razón cada uno se ve obligado a ocultar su pecado a sí mismo y a la comunidad. No nos está permitido ser pecadores, y muchos cristianos se horrorizarían si de pronto descubriesen entre ellos un auténtico pecador. Por eso optamos por quedarnos solos con nuestro pecado, a costa de vivir en mentira e hipocresía; porque, aunque nos cueste reconocerlo, somos efectivamente pecadores.”
Dietrich Bonhoeffer

FRASE Y EL DOGMA

"Nos convertimos en dogmáticos a causa del miedo, no como resultado de tener fe. La fe te mantiene flexible y con una postura hacia el cambio. La fe resulta en valor, no conformidad. El miedo quiere controla; la fe busca crear."
Erwin Mcmanus