jueves, junio 26, 2008

PROXIMOS DIAS...

Wow!! Muchos días sin postear nada por ocupaciones generales e importantes ¡y la falta que me hace!

Como algunos saben, soy pastor de una iglesia que está alcanzando mayormente a jóvenes en el área central de Santo Domingo, capital de República Dominicana. Desde que inicié el blog mucha gente me ha preguntado por qué no hablo más de El Círculo (así se llama), la cuestión es que somos muy criticados (algunas sin razón otras con razón) y por eso decidí no involucrar a esta congregación en algunos pensamientos míos que pueden escandalizar a ciertos ortodoxos de ultra derecha nazi. De todos modos, durante los próximos días estaré escribiendo sobre lo que hacemos, pero también sobre otras congregaciones del mismo tipo que están impactando diferentes ciudades de Latinoamérica (como Saltá de mi amigo Flavio en Argentina), aunque somos pequeños Dios está haciendo un impacto grandísimo a través de todos nosotros, y quiero darlo a conocer.

Espero que me sigan. El primer post será en par de días... Cualquier pregunta: se vale.

lunes, junio 16, 2008

HAITI

Cuando uno se pone viejo pasan tres cosas:
1- Te empiezan a gustar los 80s (cosa que no me va a pasar aunque a veces, sin darme cuenta, me pongo a silbar canciones de Billy Joel).
2- Te empieza a doler la espalda (cosa que me pasa desde el jueves a causa de un pequeño accidente que tuve).
3- Ves documentales históricos.

Es increíble cuan cercanos están República Dominicana y Haití, y qué poco sabemos los dominicanos de nuestro país vecino. Esta mañana mientras descansaba en mi casa (recuerden, estoy viejo: veo documentales, y me duele la espalda), estuve mirando un documental sobre Jean Léopold Dominique, un reportero haitiano, y el primero en hacer radio en créole en ese país. El creole es hablado por la mayoría de los haitianos pero antes de él las emisiones eran en francés. El documental se llama “The Agronomist” (“El Agrónomo) del director Jonathan Demme (también director de The Manchurian Candidate).

Dominique, un hombre de apariencia tosca, pero no por eso deja de ser interesante, sumamente expresivo, inteligente, su sonrisa irrumpía opacando sus tan marcadas expresiones, me dio la impresión de ser una persona alegre. Se destacó en el cine, pero también en el periodismo (nada que ver con ser agrónomo), y de la agronomía y el trabajo con los campesinos se robó la tristeza y la realidad, la necesidad de la libertad. Un hombre de valor, se exilió varias veces por no querer callar las desgracias del pueblo haitiano. En la última ocasión que se exilió, al regresar a Haití fue recibido en el mismo aeropuerto por cientos de personas que esperaban conocer al hombre que voz en radio le había dado a la gente, al campesino haitiano la voluntad de pelear por sus derechos. Cientos de campesinos caminaron y recorrieron muchísimos kilómetros solo para verlo.

¿Pero que pasa con los hombres de valores? ¿Qué pasa con los hombres que luchan porque tienen principios que traspasan el dinero, la fama o la popularidad? Tras amenazas de muerte, estas fueron de sus últimas palabras en la radio: “Yo se que él tiene armas. Yo se que tiene dinero para pagar y armar a sus seguidores. Aquí, No tengo otra arma que mi lápiz de reportero. Y (con él) mi micrófono y una fe inmovible de un militante del verdadero cambio”. Un mes después muere acribillado en frente de su propia emisora. Curiosamente, me tocó recoger en Haití a un grupo de misioneros que estaban volando a trabajar en ese país mientras este hecho sucedía, y que por su seguridad (si, el ministerio debe ser seguro… hmm), debían ser trasladados desde el aeropuerto hasta República Dominicana sin pararse ni un minuto en Haití. Pero como buen dominicano, no tenía la menor idea de lo que estaba pasando, con mis vecinos… de al lado. Hasta hoy.

Tengo que aclarar que no estoy de acuerdo con todas las barbaridades que se dicen de los dominicanos y su trato a los haitianos, y que son tan populares en las comunidades internacionales. Si somos culpables de eso, también lo es Estados Unidos (con los mexicanos, los dominicanos, los hondureños, los africanos, los nativos americanos, etc. etc. etc. etc.), Puerto Rico (con los dominicanos), Argentina (con los bolivianos), España (con los Marroquíes), y no sigo porque no acabo. Entonces aclaremos las vainas para que todo esté bien. Desde hace años he tenido buena relación con amigos haitianos. En la iglesia donde conocí al Señor (Iglesia Evangélica en Marcha), recibimos a un grupo de músicos haitianos (serían unos 12) de excelente calidad, y hasta le construyeron una casa en el segundo piso de la Iglesia, donde vivieron por años. En El Círculo (la iglesia donde sirvo como pastor) trabajamos por años en un Batey en un barrio popular llamado Los Alcarrizos. Un Batey es el lugar donde viven la gente que trabajaban en los Ingenios de caña de azúcar, en condiciones de extrema pobreza y la mayoría de ascendencia haitiana. Cuando era pequeño, el dueño de un taller de ebanistería que estaba en el primer piso del edificio donde vivía, era haitiano. He estado en Haití, creo que en dos ocasiones. ¡Ah! También los veo por donde sea: vendiendo jugo en las calles, trabajando en alguna construcción, etc.

Ninguna de esas cosas las digo para enorgullecerme, al contrario, las pongo aquí para avergonzarme. Tanto sufrimiento del otro lado de la isla, tanta inestabilidad, pobreza, confusión, y soy un vecino muy poco interesado en lo que pasa del otro lado de la isla. Mucho “conocimiento” poco interés o amor. Si es de eso, los dominicanos somos culpables.

sábado, junio 14, 2008

THEY LIKE JESUS BUT NOT THE CHURCH

Hace cuatro años, mientras nos preparábamos para hablar sobre evangelismo a los jóvenes de El Círculo (la iglesia donde sirvo como pastor), llevamos a dos personalidades del rock local para entrevistarlos. ¿Dije que ninguno era cristiano? Uno de ellos tenía problema con la iglesia, había sido líder de jóvenes y lo habían expulsado por usar trenzas largas y aretes, su imagen ocasionaba que todo el mundo sintiera una “compasión evangelística” por él, aunque otros de saco y corbatas estuviesen más perdidos, si es que algo así existe. El otro no sólo tenía problema con la iglesia sino también con Dios. El asunto con todo esto, era que los jóvenes pudieran tener información de primera mano sobre cómo piensa el que no está “contaminado” (tomen esta palabra en el mejor sentido) por el ambiente cristiano, cómo piensa el que está fuera de la iglesia, y que de ese modo fuésemos más sensibles a las necesidades de aquellos que no tienen a Dios.

No todos pueden hacer eso en sus iglesias, y no creo que los pastores dejarían a sus líderes de jóvenes meter gente “der diablo” a contaminar sus púlpitos. En “They Like Jesus But Not The Church” (“Les Gusta Jesús Pero No La Iglesia”), Dan Kimball nos pone en la mano como piensan aquellos que están fuera de nuestro círculo y de nuestra subcultura. Todos están cool con Jesús, pero lamentablemente no se llevan muy bien con la iglesia. Si es que esto puede pasar o no, es lo que ellos piensan que le pasa, y lamentablemente mucha gente tiene problemas principalmente en como los cristianos (la iglesia) manejan temas de actualidad como la política, el medio ambiente, la sexualidad, el dinero, etc.

Algunas cosas que encontré con las que estoy sumamente de acuerdo:
1- No sólo te dice que la gente piensa sobre la iglesia, sino que nos aconseja como la iglesia debe responder a tales retos. No creo que nosotros debamos acomodar la iglesia a como la gente de afuera piensa que deba ser, pero creo que escuchando las voces podemos enderezar algunas cosas que desde dentro no podemos ver.
2- Hace un llamado a aquellos que estamos en el liderazgo eclesial, y por ende fuera de contacto con el mundo exterior, a dejar un poco la oficina de la iglesia y a buscar lugares donde podamos estar en contacto con aquellos que no han sido tocados por el Señor.
3- Debemos entender que el mundo a cambiado. Ante tales cambios, ¿cómo respondemos?
4- Muchas de las percepciones que la gente de afuera tiene de los cristianos, están basadas en falsas imágenes, si tan solo nos acercáramos a ellos podrían ver que no es como creen.

Creo que Kimball ha madurado mucho desde que escribió “THE EMERGING CHURCH” (La Iglesia Emergente), y sus puntos de vista (que en La Iglesia Emergente eran más bien prematuros y todavía no los había aterrizado), están mejor digeridos.

Si quieres que los jóvenes o la gente de tu iglesia pueda entender como piensan aquellos que están fuera, en el mundo real, llévalos a la calle, o compren este libro, lo recomiendo altamente para discusión. Pero sácalos de la iglesia, y llévalos a la calle, no hay sustituto de eso.

viernes, junio 13, 2008

¡¡EN DESAHOGO!!


Se que muchos de ustedes no estarán de acuerdo conmigo (la mayoría de los que no estarán de acuerdo en esto no están de acuerdo porque son viejos), pero si hay una época que debería desaparecer del mapa, de la historia, de la mente y el conocimiento son los años 80s. La única cosa buena que pasó en los 80s es que mi esposa nació. Las peores modas, canciones, música, etc…

Desgraciadamente (y esta es la razón por la cual me desahogo) donde quiera que voy ahí están: su música, su horrible moda y la versión balada del power metal. Oremos: por la desaparición memorial de los 80s…

Nota al muy margen: Soda Stereo debe agradecer que los 80s pasaron... Ah! Marcos Witt también.

lunes, junio 09, 2008

¡E verdá!

"Aún cuando la verdad y la falsedad puedan ser familias, la verdad es un poco más antigua."
John Donne

jueves, junio 05, 2008

ANCLADOS


Decláralo…” “Confiésalo…” Se han hecho populares dentro del argot (¿dialecto?) de la sub-cultura cristiana. Usualmente, cuando alguien te recomienda que declares o que confieses, es porque el solo decir estás palabras (algo así como abra cadabra) te da el acceso a lo que quieres o lo que necesitas.
Hmmm…

Un grupo de psicólogos que le aburría la práctica diaria y querían ver si podían obtener reconocimiento de algún tipo “descubrieron” que el ser humano, para bajar su ansiedad, utiliza lo que ellos llamaron “anclas”. Estas no son más que palabras, situaciones pasadas, olores, que los ayudan a atravesar momentos o decisiones difíciles. Cuando estás pasando por algún momento un poquito incómodo, cuando quieres algo que no tienes y te está causando ansiedad, cuando Dorotea no te hace caso, entonces anclas tus pensamientos a algo que te ayude a disminuir la ansiedad del momento.

Lo interesante de todo es que nosotros los envangélicos (era mi intención escribirlo así para los correctores de estilo), hemos creado nuestra propia-oficial-única marca de “anclas”, que hasta hemos calificado como bíblicas. Esto me dejó inquieto, y más cuando me pregunto: si la fe es puesta en Jesucristo, ¿por qué crear frases o palabras mágicas que nos ayuden a nosotros a sentirnos como que nos falta la fe? Piensen en eso mis amigos blogueros que a veces tienen tiempo de leerme. ¿no sería esto “falta de fe”? Me explico: ¿podría ser que confesión de fe = ancla = falta de fe?

Mi intención no es atacar a nadie, sino que pensemos en qué realmente estamos poniendo nuestra fe y nuestro corazón, o si realmente disfrazamos nuestra falta de fe con frasecitas que “materializan” nuestras peticiones.

miércoles, junio 04, 2008

Estoy de frases...

"Carecer de Dios es carecer del yo."
Sören Kierkegaard

martes, junio 03, 2008

¿PUEDO PONER OTRA FRASE?

"Un evolucionista tiene más fe que el cristiano promedio."
Fausto Liriano
(cualquier vaina, pregúntenme...)

FRASES CIENCIA FICCION

"El futuro ya no es lo que solía ser..."
Yogi Berra