sábado, noviembre 29, 2008

SEA USTED EL JURADO (de esta frase...)


Un amigo que se considera “pastor de verdad” me dijo a mi (el me considera “pastor de mentira”- que es algo así como un G.I. Joe de juguete):
“Pastorear jóvenes y adolescentes es cool, son buenas ovejas aunque no dan mucha lana.”

SURREAL 01

“Como harina como pan, algo bueno que no pides y se da.”
Pedro Guerra


Últimamente he estado rodeado de experiencias surreales. Desde nuestro viaje a Argentina a un montón de cosas que han pasado que no puedo contar porque no terminaría y porque… no necesariamente quiero. Con nosotros (Noe y yo), con nuestra congregación (El Círculo, que contaré en la parte dos), y a través de nosotros y a través de algunos de ustedes. Cosas sacadas de un libro de fábulas, y que solo veías en televisión. Buenas… no malas.

Para mi es difícil digerir este tipo de experiencias porque no se como debo reaccionar. ¡Se agradecido! Me grito a mi mismo. Pero al mismo tiempo viene esa sensación de ocultar, de guardar, porque “el Amo… siembra donde no tiene tierras y cosecha donde no siembra”, no estoy seguro que signifique eso, pero es algo así como que el Tipo es exigente, y más te vale que cuides bien lo que te da. Y ese ocultar viene por el sentido de que puedes perderlo, de que no lo mereces y de que te gustaría conservarlo para disfrutarlo para siempre. Pero al Amo le gusta el riesgo, es algo así como esquiar: súper emocionante pero puedes romperte la pierna (¿cuál? ¡cualquiera!), dos costillas, y la nariz. Conozco un amigo que se rompió todo pero conozco más gente que no se ha roto nada. O lo haces y te arriesgas o pierdes la emoción y no lo haces porque algo te puede pasar.

La otra sensación que viene con eso es “dar”. Es parte de ser agradecido, y no me refiero a dinero o a ropa o a no se que pasará por tu cabeza, pero hay esta historia de dos tipos caminando en el centro y este mendigo cojo le pidió algo de dinero, “no tengo dinero pero lo que tengo te doy”- le dijo uno de los dos hombres. Según me cuentan el tipo salió caminando por ahí ante la sorpresa de todo el mundo. Quizás tener cosas materiales nos limita, pero alguien quiere tu tiempo, tu sonrisa, tu oreja o tu oración. Es una gran responsabilidad pero cuando sale del agradecimiento no necesitas recompensa, incentivo o motivación.

En fin, es un tiempo de mucha meditación, porque no lo merezco. Te quita el sentido de competencia con otros que están haciendo lo mismo que tú pero que según los estándares humanos les está yendo “mejor”, y sientes que son parte del mismo equipo y te sientes agradecido de que les esté pasando y lo disfrutas y lo celebras. Me preguntas cuál es la fórmula pero la cuestión es que no he hecho nada ni puedo hacer nada para tenerlo, por eso estoy sorprendido.

continuará...

jueves, noviembre 06, 2008

EN EXTINCION: CRISTIANOS PELIGROSOS

Nota: Como una advertencia al lector esto ni lo edite ni lo revise, estaba muy ocupado oyendo
a Larry Norman, y... y... y... que se yo...


En una entrevista en Venezuela, Fito Páez expresó:
“… que percibe una cierta “ausencia de espíritu” en las nuevas generaciones de jóvenes que se quieren dedicar a la música, porque algunos parecen más preocupados por “ser famosos” que por “ser diferentes”.
Páez dijo que en los años 70 y 80, cuando su generación “hacía música”, querían “ser diferentes y ahora los chicos, la sensación que dan es que quieren ser famosos”.
Señaló que querer destacarse “es parte de la condición humana”, pero criticó que hay “una ausencia de espíritu, y eso se nota en los pibes”.

Hoy, leyendo un artículo de Anne Lamott (ella está entre mis autores cristianos favoritos), me encuentro con algo parecido que dijo hace 12 años. Mientras preparaba una conferencia para animar a jóvenes escritores se dio cuenta que:
“He estado enseñando por docenas de años y me he dado cuenta que pocos estudiantes quieren escribir. Quieren que sus trabajos sean publicados, quieren ser famosos. Pero no quieren escribir.”

La cuestión es que esto no es muy diferente a lo que pasa entre nosotros, es un síndrome, un síndrome que afecta hasta los cristianos. No solo está en la música y en la escritura, sino también está en los que predican, en los que enseñan la Palabra, en los que hacen cualquier cosa que una vez se hacía para el servicio de la Iglesia. Buscamos éxito más que enseñar, más que adorar, más que escribir, más que predicar. Hemos dejado de ser peligrosos, no es que lo tengamos que ser, pero si eres peligroso no vendes y todos sabemos que quién más vende en volumen es porque vende más barato.

Esto era lo que iba a escribir aquí pero me arrepentí: “Así que nuestra música cristiana es barata, poca calidad, letras… nuestros libros: aunque hay muy buenos la mayoría se hacen con un solo objetivo: VENDER. Nuestros mensajes: automotivacionales, como diciéndole a la gente: ‘Pues carajo tú eres tu Dios has lo que tienes que hacer y se feliz…’ ” (AY! COMO SEA LO ESCRIBI), quizás sea muy peligroso decirlo y puede ser que alguien por ahí no vuelva a mi blog o que tenga que responder algunos comentarios “incómodos”; quizás me digan: “Pero, ¿por qué no escribes tú un libro? ¿o por qué no grabas un cd? ¿por qué no predicas (eeeeeeh… es lo que hago, en balbuceos, pero lo hago)?”

Confesión: y me ha pasado, he querido hacer cosas para leerse, para escucharse, para recibir algo de alguien… de vez en cuando me he prostituido, y por eso he adulterado las cosas, pero no quiero eso en mi vida, a veces y solo a veces quiero ser famoso. ¿a quién no le gusta esa vaina, aunque luego quieras suicidarte porque no puedes ir ni al supermercado sin que 12 personas te intervengan y te tome 30 minutos tus tres pasos al vinagre (¡solo quiero comprar… vinagreeeeee!)?

Hay algo notable y es que esta gente famosa y cristiana alcanza a otros, así que puede ser que no sea tan malo, y están llegando a gente que probablemente no le llegaríamos (Filipenses 1:15-18). Para ellos (sin hipocresía ni sarcasmo: mi oración y probablemente mi aplauso). El problema está en que nuestros futuros postulantes al ministerio creen que es la única forma de llegar, y se convierte en su fin, sus sueños son más sueños de grandeza que las visiones que Joel dijo que un día tendríamos. Así, poco a poco, se extingue una raza de gente que decía lo que tenía que decir, que andaba desnudo por años en el primer acto de pantomima cristiana tratando de que entendieran una verdad, o con un yugo en el cuello o delante de todos colgado desnudo en una cruz, o perdonando mujeres adulteras, o creando comunidades de gente unida y que se ama (y todo esto lo hacían de gratis).

Dejemos que preserven los pandas, las tilapias de Cochinchina y los osos pardos de España. Nosotros preservémoslos, están en extinción: CRISTIANOS PELIGROSOS.

lunes, noviembre 03, 2008

A PEZMUNDIAL

El domingo pasado, aprovechando que el servicio en El Círculo es en horario nocturno, me aparecí de sorpresa en Pez Mundial, la comunidad donde mi amigo Rafael Pérez sirve como pastor. Hacía tiempo que venía animando a Rafa a que se lanzara, y ver que esta comunidad es vibrante, orientada a la familia, y está contextualizando la Palabra de modo que sea lo que es: útil a través de los tiempos… me llena de emoción. Disfrute cada minuto que estuve ahí, y oré que Dios bendiga esta comunidad y que aunque crezca en miles siempre se mantenga pequeña, estrecha, que los que lleguen se sientan rodeados del amor y la unidad de creyentes peligrosos y no conformes con el estatus.

Mis bendiciones para PezMundial…

sábado, noviembre 01, 2008

TOXICO: EL MINI STEREO

Son las 7 am y me preparo para un día mas. Durante muchos años había soñado hacer esto, me había visto, estuve aquí, ya hasta lo viví. Hoy lo disfruto pero no fue así todo el tiempo. Hay esa época oscura, esa época a la que pocos sobreviven, esa parte de tu vida “ministerial” en que tus expectativas, como creías que eran las cosas, cómo te las imaginabas, te das cuenta que no son. Es como el trabajo soñado, pero que suele decepcionarte porque no era “el trabajo soñado”.

Por meses me levanté con taquicardia cada vez que tenía que hacer lo que una vez pensaba que amaba hacer. Llegue a odiar los domingos, la llamada de la gente por un consejo o por un saludo, la llamada de los líderes con cosas que debíamos “prestarle atención”, o la de cierto hermano porque no se “sentió la Presencia de Dios el domingo tal o tal…” Pensar en todas esas cosas me estaba dando úlceras (esto no lo se pero me lo imagino… soy muy bueno en eso…. imaginando, no creando úlceras). Así que me aislé, me transformé, y pasé a ser otra persona, por lo menos en secreto. Quizás piensas que confesar estas cosas es debilidad, pero no es así, ahora lo confieso porque no tengo miedo de hacerlo y porque aunque soy débil soy fuerte. ¿Qué pasaba con esto que una vez llegué a disfrutar? ¿Por qué sabía tan bien en la boca pero se transforma en tormenta en nuestro estómago?

¿Por qué tenían que suceder todas esas cosas? Porque para dar lo que Dios necesita que des, y para recibir lo que Dios te da necesitas “alteración” (para usar la misma palabra que usaría mi amigo CS Lewis… ¡si! el tiguere es amigo mío), sin eso no puedes disfrutar y no puedes entender como realmente se “disfruta”. Porque el disfrute y el placer en términos humanos son sólo un reflejo distorsionado por un vidrio bien opaco de lo que realmente es el que da El. No podía entender, por eso sufría. No podía aceptar por eso moría. Morí y ahora vivo, fui transformado y ahora disfruto.

En ese tiempo pensé en lo “tóxico” que podía ser el ministerio. Y es bien tóxico, pero no en el sentido que lo pensaba: es tóxico a nuestro viejo ser, es tóxico a aquella parte de nosotros que prefiere el estatus humano que la aprobación de Dios. Te mata y lo dejas, o te consume para transformarte en quien es “realmente aprobado, que no tiene de que avergonzarse”.

Si estás en la época en que está matándote, que piensas abandonar, si estás entre volver y no volver, RINDETE, baja la guardia, entrega tus expectativas, toma unas vacaciones para estar con Dios, y vuelve listo para disfrutar, será como siempre lo soñaste y como una vez lo imaginaste.

Hoy me hace estar feliz y mucho.