TOXICO: EL MINI STEREO
Son las 7 am y me preparo para un día mas. Durante muchos años había soñado hacer esto, me había visto, estuve aquí, ya hasta lo viví. Hoy lo disfruto pero no fue así todo el tiempo. Hay esa época oscura, esa época a la que pocos sobreviven, esa parte de tu vida “ministerial” en que tus expectativas, como creías que eran las cosas, cómo te las imaginabas, te das cuenta que no son. Es como el trabajo soñado, pero que suele decepcionarte porque no era “el trabajo soñado”.
Por meses me levanté con taquicardia cada vez que tenía que hacer lo que una vez pensaba que amaba hacer. Llegue a odiar los domingos, la llamada de la gente por un consejo o por un saludo, la llamada de los líderes con cosas que debíamos “prestarle atención”, o la de cierto hermano porque no se “sentió la Presencia de Dios el domingo tal o tal…” Pensar en todas esas cosas me estaba dando úlceras (esto no lo se pero me lo imagino… soy muy bueno en eso…. imaginando, no creando úlceras). Así que me aislé, me transformé, y pasé a ser otra persona, por lo menos en secreto. Quizás piensas que confesar estas cosas es debilidad, pero no es así, ahora lo confieso porque no tengo miedo de hacerlo y porque aunque soy débil soy fuerte. ¿Qué pasaba con esto que una vez llegué a disfrutar? ¿Por qué sabía tan bien en la boca pero se transforma en tormenta en nuestro estómago?
¿Por qué tenían que suceder todas esas cosas? Porque para dar lo que Dios necesita que des, y para recibir lo que Dios te da necesitas “alteración” (para usar la misma palabra que usaría mi amigo CS Lewis… ¡si! el tiguere es amigo mío), sin eso no puedes disfrutar y no puedes entender como realmente se “disfruta”. Porque el disfrute y el placer en términos humanos son sólo un reflejo distorsionado por un vidrio bien opaco de lo que realmente es el que da El. No podía entender, por eso sufría. No podía aceptar por eso moría. Morí y ahora vivo, fui transformado y ahora disfruto.
En ese tiempo pensé en lo “tóxico” que podía ser el ministerio. Y es bien tóxico, pero no en el sentido que lo pensaba: es tóxico a nuestro viejo ser, es tóxico a aquella parte de nosotros que prefiere el estatus humano que la aprobación de Dios. Te mata y lo dejas, o te consume para transformarte en quien es “realmente aprobado, que no tiene de que avergonzarse”.
Si estás en la época en que está matándote, que piensas abandonar, si estás entre volver y no volver, RINDETE, baja la guardia, entrega tus expectativas, toma unas vacaciones para estar con Dios, y vuelve listo para disfrutar, será como siempre lo soñaste y como una vez lo imaginaste.
Hoy me hace estar feliz y mucho.
5 comentarios:
Excelente artículo, sobre todo para los que como yo estamos empezando a trabajar en ese llamado especial que Dios nos hace.
El mundo es pequeño, vivi hace años en Santo Domingo y a través de un amigo que esta allá vi unas fotos de "El Círculo" y tuyas.
Saludos!
Sobrino le has hecho una radiografía a todas y cada una de las ulceras que todavía me persisten.
Excelente articulo.
Muchas gracias
Hola Andrés: Si! Me he dado cuenta que el mundo es bien pequeño. Bienvenido a mi sala, y es bueno saber que esto te es útil, a las ordenes por aquí y siempre hay café.
Monja: Gracias a ti!
Excelente reflexión bro. Sigue adelante, sabes que muchos te apoyamos!!!
Gracias!Yo también estoy a la orden para lo que necesites. Cuando visite la isla me dare una vuelta por El Círculo.
Seguimos en contacto!
Publicar un comentario