lunes, marzo 10, 2008

¿A MI? ¡ESO NUNCA!

Ves un accidente en la calle y te llegan todo tipo de impresiones: “Wow! Pobre gente!” “¡el diesh!” “¿estaría todo el mundo bien?” Lo que nunca te llega a la cabeza es que algún día algo así te puede suceder a ti. Lamentablemente de vez en cuando: pasa.

No es que haya tenido un accidente, pero tengo algunos 5 años en conversaciones bien interesantes con gente que están haartos de la iglesia, yo mismo he estado en esa posición (si visitas mi casa web, o sea loco este blog, ya lo sabrás), he criticado la iglesia, y hasta he aportado soluciones… blah blah blah blah blah… Pero nunca pensé que yo podía ser el objeto del enojo de alguien, que algunas de mis decisiones iban a afectar la relación de alguien primero con la iglesia y luego, con Dios. Cuando digo nunca es que no existía (en mi mente, recien ahora me doy cuenta, pero en mi mente) la remota posibilidad así como no existe la idea de que algún día me levante con alas y la conciencia de que puedo volar, y decida ir de compras a una panadería en una avenida principal en Siberia. Pero pasó.

Confesión: no me siento mal, sino pensativo. Mi cabeza va a tantas revoluciones por segundo que no se ni lo que estoy pensando al respecto. Lo que si se es que un amigo, amado, hermano, ha decidido tomar otro rumbo y para mi no es cool, y lo último que pensé es que iba a tomar parte. Quizás mucha gente más, pero ¿cómo me podría dar cuenta?

¿Qué puede pensar uno que trata de salvar a las congregaciones de momentos como este? ¿qué tengo años analizando como una comunidad de fe puede dar la mejor para Dios y como resultado puede ser una verdadera comunidad? Me reservo las respuestas de lo que pienso para mi mismo… Bless… como dicen los gringos: Shit Happens…

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