Dentro Del Monstruo

Septima Parte de "Sobre Una Revolución 
Que Puede Ser Que No Sea"

Si comenzamos a medir los resultados inmediatos de una revolución nos decepcionamos. La mayoría de revoluciones inician como pequeños gritos de individuos que están inconformes con el status quo. Y, el status quo es EL MONSTRUO, es la Matrix. Todos los demás no pueden ver, porque están dentro de ella (sí, de ella, de la matriz, del status quo), y ella controla cómo piensan, qué hacen, etc.  Se oye raro pero es así. ¿Cuántas cosas no has visto que son simplemente inconcebibles, injustas, pero se te insta a que sigas con tu vida porque "las cosas así es que son"?

Bueno, una de cada cientos de personas no puede aceptar las cosas como son, y a decenas o a miles o a cientos de kilómetros de esa a otra le pasa lo mismo, y a unos cuantos metros a otra y así… de repente un grupo de gente, no conectados entre ellos comparten el mismo corazón "no aceptamos las cosas como son". Y su cabeza empieza a dar vueltas, se ven en crisis, frustrados con las condiciones injustas de cualquiera que sea el sistema. Así que, si el sistema no se los traga o el status quo no los asesina socialmente, esas personas empiezan a hacer conexiones hasta que van encontrando al que está a unos cuantos metros, y ese al que está a decenas o a miles o a cientos de kilómetros y así. Una tribu comienza. Tardamos meses, quizás par de años, pero aquí estamos. Entonces el ánimo se les levanta. "Wow! No soy yo sola"- dice ella. "¡Uff! ¡Qué alivio! Hay otras personas que piensan como yo!"- dice él… y así. 



Por eso medir o proyectar los resultados de una revolución es imposible, en el momento en que haces eso la atrofias. Porque se transforma todo en la persecución de resultados, no en que una idea vaya por si sola calando en las mentes y corazones de mucha gente. Jesús estaba totalmente enfocado en que el mensaje y la visión del Reino se llevasen a cabo. Si por contar los aparentes resultados hubiese sido se habría declarado en derrota antes del final del tercer año o en la crucifixión, pero El sabe como funciona todo y no se dejaba impresionar por el estado de las cosas. Esta es la razón por la que muchas revoluciones se les acaba la gasolina a mitad de camino: a alguien se le ocurre contar.

Si me preguntas esto encaja dentro de la misma categoría de "¿Cómo se mide la efectividad de una prédica?"  (sermón, mensaje… como le llames). La verdad es que… no sabremos, sabremos después, en meses o años, cuando la gente desde su interior empiece a hacer cambios porque algo que escuchó lo remeneó. ¿Me leíste bien? No que le gustó ni le pareció bonita, sino que lo retó, le desagradó pero en medio de un montón de cosas dijo: "Aquella cosa que un día me dijeron y que parecía no tener ningún sentido es… lo más lógico." Y cambió.

Sí. Hay mensajes que te cambian la vida en el mismo momento que lo escuchas, pero ejecutarlos toma tiempo, el mismo tiempo que requiere seguir a Jesús en cada cosa que hacemos, y ese tiempo es: toda la vida. Ahí es donde "seguir a Jesús" frente a simplemente "aceptar a Jesús" se ven de frente, pero eso es otro tema.

Este monstruo (¡el status quo man! de eso es que estamos hablando) asusta pero no mata. Bueno... sí, vas a morir dentro de él si crees en sus mentiras:
- Qué las cosas son... como se ven.
- "Esto es lo que dicen las estadísticas: las personas que se han dedicado a..." y blablabla...
- Que tener sueños es de niños.
- Que la fe es un salto al vacío (si crees eso no crees en Dios porque saltar a El o a sus promesas nunca puede ser saltar al vacío es un salto a lo pleno).
- Qué solo los esquizofrénicos tienen imaginación.
- Que todos los creativos son... extraños.
- Y que el salami tiene... ¡tú sabes!

Tú decides: si quieres morir dentro de la panza del dragón llamado "Status Quo" o quieres esperar hasta que nos encontremos. Si te decides por la última: We´re going to have fun!

Nos vemos pronto. Si Dios lo permite y si el dragón no te traga.
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Fausto Liriano • www.veldugo01.com
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Foto Cortesía de Thomas Hawk
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