sábado, marzo 26, 2016

Sábado: Día de Reposo


El viejo fariseo se levantó y, como de costumbre, se dirigió a la sinagoga para la enseñanza. Jerusalén se veía desolada y tranquila, la solemnidad de la ciudad chocaba con el tumulto del día anterior, y estaba feliz: habían acabado con otra "secta" mesiánica. Jesús (se decía a sí mismo) debía morir, y el mismo ambiente en la sinagoga lo confirmaba: era la primera vez en meses que se vivía un shabbat tranquilo: sin paralíticos sanados, sin mancos curados, sin ciegos... que recobraban la vista. "¿Por qué era tan difícil de entender para este hombre, para este... Jesús... que Hashem (bendito sea su nombre) quiere una vigilancia estricta del reposo en sábado?"- pensaba.

¿Se le olvidaba a este anciano estudioso de la Torah, de las Escrituras y de los Profetas, lo que el Señor había dicho a través de Oseas: “Lo que yo quiero es misericordia, y no sacrificios" (Oseas‬ ‭6:6‬ ‭RVC‬‬), y a través del profeta Isaías que el verdadero ayuno era la libertad del oprimido y el día de reposo hacer su voluntad (Isaías 58)? Es precisamente eso lo que hace la religión sin Dios: seguir los ritos al pie de la letra, que no se olvide ninguna parte, y no mirar para otro lado ni siquiera a... Dios, no tener misericordia, no preocuparse por el caído o el pobre o el enfermo o el afligido de corazón; por lo menos no cuando se leen o se estudian las Escrituras... Eso dice... la religión rigurosa. ¿Pero es eso lo que quiere Dios? ¿Es que seamos tan estrictos con nuestras prácticas que olvidemos amar al prójimo y de camino también amar a Dios?

Es sábado. Día de reposo.
Jerusalén está tranquila, como debe ser.
Y Jesús... Jesús está bien muerto... por ahora.
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Fausto Liriano • www.veldugo01.com
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