martes, diciembre 01, 2009

SEAMOS LATINOAMERICANOS

Quizás soy la persona menos indicada para hablar de esto, siendo yo el dominicano menos dominicano que probablemente puedan conocer:
1- No me gusta el merengue.
2- No me gusta el arroz con habichuela (comida que no debe faltar al mediodía en ninguna casa y que llamamos "La Bandera").
3- No me gusta el béisbol (aunque soy liceista por herencia).

Algunos me han querido crucificar porque cierta aberración nacional no debe existir, pero he sobrevivido (quizás Dios tenga un "propósito" conmigo). De todas formas, debo decir lo que debo decir, porque lo que uno siente que debe salir, debe salir.

Si hay algo que la Iglesia* Latinoamericana no es: es Latinoamericana. Algo que más o menos plantee en unos temas que llamé: Iglesia Reactiva Latinoamericana, y que pueden consultar cuando deseen. Nuestras liturgias son prestadas, nuestras teologías son prestadas (¡ay si!) y damos tumbos en las paredes, como niño frenético con sus ojos vendados para romper la piñata, y usamos esto y aquello que puede haber funcionado a cualquier pastor en el norte o más al norte, para darnos cuenta que hay que seguir probando porque ¡no funciona!. Quizás tenemos ciertas "mañas" que no tienen por allá y que podríamos adjudicar como "identidad eclesial latinoamericana", pero de que imitamos imitamos. Lo que presentamos es una ilusión, algo inentendible y que no alcanza la realidad de los hermanos a quienes servimos desde la pastoral evangélica.

¡Oh! Y el peor de los problemas: lo hostil que somos ante nuevas propuestas o ante propuestas autóctonas, ¡herejía! ¡sacrilegio! ¡blasfemia! es lo que oímos quienes alzamos la voz o nos renegamos ante propuestas que escapan de nuestra realidad. ¡Cuánto sufren aquellos que plantean una teología más acorde para la región!, una teología que enfrente nuestros fantasmas y que desenmascare nuestra hipocrecía. Es una maldición, una maldita crisis de identidad.

Por favor: aunque no comas tamales, tacos, arroz con habichuela, tarta de acelga, moro, mofongo, o no juegues el béisbol o el fútbol o el son, el merengue ni la salsa, pero SE LATINOAMERICANO...

* Cuando hablo de iglesia, siempre y siempre, me refiero en primer lugar a la gente que conforma el cuerpo de Cristo y luego a la institución que se adjudica este título.

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