viernes, diciembre 20, 2019

Lágrimas (Salmo 119:129-136)



129 ¡Realmente maravillosos son tus testimonios!
Es por eso que los obedezco.
130 Ruta a la luz son tus Palabras,
Dan entendimiento al simple.
131 ¡Respiro intensamente buscando aire con mi boca!
Pues anhelo tus mandamientos.
132 Regresa a mi y dame tu gracia,
Como haces con aquellos que aman tu Nombre.
133 Realza mis pasos con tus Promesas,
No dejes que los malvados tengan ventaja sobre mi.
134 Redímeme del hombre opresor,
y déjame guardar tus preceptos.
135  Resplandece tu Rostro sobre tu siervo,
y enséñame tus decretos.
136 Ríos de lágrimas fluyen de mis ojos,
Porque la gente no guarda tus Instrucciones.



¿Por qué alguien lloraría porque otros no quieren seguir a Dios?
Ok... cierto... la pregunta parece tonta... pero, lo pregunto en la época de la competencia, de tener la razón, de estoy mejor que tú...
¡Oh, espera!
Eso no es para nada nuevo...
En Lucas 15 y 16 vemos como Jesús se enfrenta con un grupo de personas que se sientes superiores a otros porque ellos sirven a Dios...
¡Sí! aventajados, mejores, y que tenían la razón;
se preguntan por qué Jesús "janguea" con gente como esa que "no guarda" (Salmo 119:136) sus instrucciones. La respuesta de Jesús... ustedes la conocen: Dios anda detrás de esa gente y (si me dejan parafrasear para resaltar el sarcasmo que Jesús utiliza en el pasaje): "hay más alegría en el cielo por alguien que decide regresar a Dios, que por muchos que entienden que no necesitan arrepentirse." (Lucas 15:7).

El que tiene un sensible contacto con la Biblia, el que decide embarcarse en los caminos de las Escrituras, decide y quiere tener los mismos intereses que Dios. Una persona que piensa en Dios únicamente en término de beneficios personales (aunque ese beneficio sea solo su "relación estrecha con Dios") y se olvida de los demás y sus necesidades (físicas y materiales, pero también emocionales y espirituales) necesita ser redireccionado a los Caminos de Dios, no ha entendido, pues:
«Ruta a la luz son tus Palabras,
Dan entendimiento al simple.»
(Salmo 119:130)


Es por eso que alguien consciente, a quien le llegan pensamientos de superioridad, quien no tiene compasión por quienes han decidido (por su propia voluntad o por ignorancia) apartarse de Dios, necesita orar diciendo:
«Regresa a mi y dame tu gracia,
Como haces con aquellos que aman tu Nombre.»
(Salmo 119:132)


Yo creo que Dios entristece por aquellos que no le siguen; también creo que quienes procuran que la voluntad de Dios los invada, entristecen profundamente cuando gente (querida y cercana... o no) deciden vivir lejos de Dios. Pues "nosotros tenemos la mente de Cristo" (1 Corintios 2:16)

¡Qué el Señor ponga en nosotros su deseo, y qué demos pasos firmes en seguirlos!
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Fausto Liriano • www.veldugo01.com
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Foto cortesía de Thomas Hawk
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