jueves, diciembre 05, 2019

¡Es Tiempo de Actuar! (Salmo 119:121-128)

121 Quita de mis hombros la mano del opresor,
Porque hago lo que es recto y justo.
122 Que no me oprima el arrogante,
Concédele a tu siervo bondad.
123 ¡Quiero tu salvación! Mis ojos desfallecen en la espera,
y por tus palabras de justicia.
124 Quiero aprender tus decretos.
Haz con tu siervo de acuerdo a tu amor bondadoso.
125 Quisiera conocer tus testimonios,
Soy tu siervo ¡dame conocimiento!
126 Quebrantan constantemente tus Instrucciones
 ¡Es tiempo de actuar y hacer lo que le agrada al Señor!
127 ¡Qué amor siento por tus mandamientos!
Más que el oro, más que el oro más fino.
128 Quiero vivir con rectitud y de acuerdo a todos tus preceptos,
por esa razón es que todo camino de mentira he odiado.

Esta es una sección interesante, ya que menciona menos las palabras que tienen conexión con las Escrituras que todas las secciones que hasta ahora hemos visto. Y, en cuanto a traducción, la letra Q (que es la que nos tocaba en español) la hizo un poquito difícil por su vocabulario restringido. Un versículo en particular llama mi atención, permíteme repetirlo:
"Quebrantan constantemente tus Instrucciones
 ¡Es tiempo de actuar y hacer lo que le agrada al Señor!" (v. 126)

Una de las actitudes más frecuentes ante el avance de la oscuridad y de lo malo es el desánimo. Algunos cristianos usan como excusa una de las frases más famosas de Jesús, y que usó cuando hablaba sobre los tiempos finales:
"tanto aumentará la maldad que el amor de muchos se enfriará."
Mateo 24:12 RVC

Sin embargo, la actitud del salmista es diferente, ve a su alrededor como la gente elige constantemente desviarse del camino, y como la mayoría elige vivir aparte de Dios, ¡pero no se desanima! Tampoco cuestiona, ni se diluye, ni se une, ni se hace eco de las actitudes de quienes lo rodean. Ha hecho un compromiso fuerte con la Palabra, ha visto el resultado de caminar en el Camino en su vida y entonces nos invita: "¡Es tiempo de actuar y hacer lo que agrada a Dios!" En otras palabras: "¡Llego la hora de ser luz!'

La oscuridad lo hace reflexionar sobre ser más luz. Algo que todos deberíamos buscar. Al menos, que queramos la aprobación de los demás más que querer estar en el Camino de Dios. Cuando Dios separó la luz de las tinieblas no desapareció la oscuridad sino que la dejó para que la luz alumbrara. Cuando el Señor nos separa nos deja en medio de donde estamos para que alumbremos, la separación no es espacial sino situacional: Dios está con nosotros y en medio de todos los seres humanos vivimos de forma que otros seres humanos puedan ver que la clase de vida que Dios ofrece es la más conveniente. Esa "tensión dinámica" entre estar pero no ser (¡esa es la cuestión! 'estar pero no ser'), se nos hace difícil a todos, pero es la tensión con que deberíamos estar luchando hasta que deje de tensionar y sea natural: iluminar naturalmente donde no hay luz, estar separados sin ser quitados.
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Fausto Liriano • www.veldugo01.com
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Foto cortesía de Thomas Hawk
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