02- DESDE UN INEXPERTO 2

Esta es la segunda parte de algo que escribí hace algunas semanas por este mismo medio. Mientras voy aprendiendo a como ser discípulo de Cristo y estar en el ministerio (algo que me tomará toda la vida), me voy dando cuenta de errores que en algún momento cometí y que me llevaron a ciertos delirios conductuales de esos que se me han hecho difícil de poner a un lado y que no me gustaría que amigos que están empezando o avanzados en el proceso alguna vez en su vida caigan en este tipo de cosas.

ESTO ES UN GRAN NO:
No trates de llenar las expectativas de NADIE. Hay alguien a quien le sirves y es DIOS: teniendo ya 7 años como pastor de jóvenes (hace algunos 4 o 5 años) ahora iniciábamos El Círculo como una congregación con la puerta abierta para todo el que quiera venir, pero conscientes de que era una propuesta bien atractiva para jóvenes y adolescentes. Como esto era algo nuevo para mi, mandé un e-mail pidiéndole a los muchachos que ahora eran miembros de nuestra "nueva iglesia" que me dijeran que expectativas tenían de mi como pastor. Las respuestas que recibí fueron bien típicas del dominicano: "No, ninguna..." o "Bueno que me pastorees (¿qué carajo significará eso?)..." Si hay algo que le critico mucho a nuestra cultura es que no decimos realmente lo que sentimos. Pero eso abrió la puerta a que me transformará en un tipo que quería llenar la mayor cantidad de expectativas posibles, las que me mencionaban y las que leía entre lineas. Resultado: me convertí en un "people-pleaser" (complaciente) y estuve al borde de la depresión y en constante ansiedad por alrededor de dos años.

Y eso no es nada, después de que pasaron los dos años, me había transformado en alguien cuyo propósito principal era mantener un grupo de personas "bien conmigo" (si acaso eso es posible), y ¡no me daba cuenta! La cuestión es que mientras te metes más en eso dejas de hacer el ministerio como Dios quiere que lo hagas y te desenfocas totalmente. Puede ser que si recuperas tu salud mental y emocional y mantienes este vicioso patrón obtengas algunos resultados, pero te aseguro que esos resultados servirán más para llenar tu ego que las expectativas que Dios tiene (siempre y cuando nuestra limitada experiencia nos deje conocer eso).

Consejo: Aprende a escuchar a Dios y a unirte a sus planes, una vez sepas qué lo qué, dale pa llá aún cuando te critiquen. La crítica no es sinónimo de que estamos mal, tampoco de que estamos bien, pero siempre estará ahí.

Dios te bendiga y hasta la próxima.