lunes, enero 07, 2008

Y-RELEVANTES 02

Justo ahí, con todo el mundo saltando en una canción que me pareció eterna, lo que continuamente llegaba a mi mente era “los hijos de las tinieblas son más sagaces en su trato con los demás que los hijos de la luz.” De regreso a la ciudad, solo podía pensar en algo que ha crecido durante los últimos meses en mi mente y en mi corazón: si satanás es tan sutil en influenciar la cultura en algo que parece “sin compromisos”, ¿cómo nosotros los cristianos podemos iniciarnos en influenciar la cultura? ¿cómo podemos hacerle la guerra a Satanás desde donde el mismo la está librando? El otro día hablando sobre esto con alguien me dijo: “Eso he estado pensando, por ejemplo la población gay en Estados Unidos es de un 1.7 % según lo que se estima. Digamos que contando los que no han ‘salido del closet’ llega a un 3.95 %, todavía son sólo un pequeño grupo de un país de millones de personas es casí cuatro gays por cada 100 personas, pero esos 2 o 3 gays están influenciando la cultura, los medios, el arte. Y poco a poco ganan el terreno. No estoy hablando sobre contrarrestar los gays, estoy hablando sobre como un grupo pequeño está influenciando todo.”

¡Claro! Siempre hemos estado atrás, atrás en todo, por lo menos durante los últimos dos siglos y medio. No deberíamos sorprendernos, cuando la guerra espiritual que libramos se hace desde estadios repletos de cristianos, desde nuestras iglesias, o desde cualquier otro lugar seguro. Al decir esto, quiero que sepan, que es de mi mismo que he pensado todas estas cosas: yo mismo he sido irresponsable en poder llegar al mismo terreno de la cultura (que es donde se libra una de las guerras más fuertes) y poner mi voz en alto… o llámalo “hacer guerra espiritual”. Yo mismo he predicado el de alejarnos del mundo en vez de capacitar personas para que hagan frente a las crudezas del mal de cada día sobreviviendo como cristianos firmes en la fe. ¿Por qué? ¡Porque es más fácil! Así que creamos una cultura “protectora”, una burbuja, un campo de fuerza, donde tenemos nuestros libros, nuestra música, nuestro arte, nuestra línea de ropa… al final, el que sale, sale como sea… Moraleja: esto no tiene resultado.

En cuanto a Jesús y estas cosas les recuerdo dos cosas:
1- La parábola de la oveja perdida. EL pastor salió, dejó las 99 ovejas que estaban seguras en el aprisco, y salió a buscar la que se había perdido. Nosotros aseguramos el aprisco de modo tal que las que están no salgan pero que las que se perdió no vuelva a entrar.
2- La oración de Jesús en Juan 17 (¡me encanta!): “No te pido que los quites del mundo, sino que los protejas del maligno. Como tú me enviaste al mundo, yo los envío también al mundo. Y por ellos me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.” (versos 15, 18-19). ¿Que no los quites del mundo? Nosotros: es lo que estamos haciendo. Otra vez: ¿será por falta de discipulado?

Esto ha estado rodando por mi cabeza y tomando forma, y me preparo para librar la batalla en el campo del enemigo.

(continuará... no se apuren... no es tan largo)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo prometido es deuda de nuevo un comentario!!

En total acuerdo contigo, como cristianos debiles nos es mas facil huir que pelear.

No se si esta actitud en cierta manera ofenda a nuestro creador, pues el ser debiles demostraria que el poder que habita en nosotros es insignificante y que no tenemos ni la capacidad ni la inteligencia para dar la batalla y una buena batalla.

Creo al igual que tu, que parte de la culpa cae en el discipulado, en las instrucciones de guerra que nos han dado.

Hemos abandonado el "activismo" y hemos creado una subcultura por cierto muy invisible para los que no conocen la verdad.

Seguire atento!!
Bendiciones desde Bogota Colombia

Fausto Liriano dijo...

Chrys: Gracias por seguir aquí... me gusta eso de la subcultura invisible. De hecho, cuando hablamos con otras personas que son ajenas al cristianismo y le mencionamos que lo nuestro, nuestra "subcultura", se quedan como que en verdad no existe... ¿qué cosa eh?
¿Por qué será? ¿Será porque solo somos un reflejo de la cultura que queremos rechazar?