martes, noviembre 09, 2010

No Concluyas Tu Oración

Creo en la "contemplación" como modus vivendi. Tratar de contemplar a Dios a través del día, verlo en las pequeñas cosas, en las que quizás pueda pasar por alto y en algunas grandes también. Pero, las formas de Dios no son muy atractivas que digamos, "si Dios usara algo así como las luces de los moteles o de las vegas, pero a Dios hay como que descubrirlo..." decimos a veces. Porque siendo sincero: ¡es más fácil descubrir al diablo en medio de la contemplación que al mismo Dios! ¿Qué caray podemos hacer? ¿Cómo mantenernos constantemente conectado en medio de las imágenes negativas de las que estamos rodeados?

Creo que uno de los errores que cometemos es pasar un tiempo con Dios en la mañana (el que sea), y luego darle un besito e irnos al trabajo (o al colegio, la uni, lo que sea que hagas en el día). Eso nos da un sentido de que dejamos a Dios en la casa y nos juntamos con El luego. ¿Qué tal si no concluímos la oración? No que no digas: "Amen." sino que sientas que la oración no ha terminado y que necesita todo un día para ser concluida. Que tu oración es una obra de arte que necesita todo un día de tu parte para que sientas que de alguna forma "concluyo." Buscarlo en los momentos tranquilos, en la paz de un día festivo o en el caos de un día laboral. En el tapón, en el parque, en el concierto, en el restaurant y en todas partes.

En medio de cosas, y en medio de en medio de las cosas, porque no has concluido, orarás y contemplarás sin cesar.

3 comentarios:

Manuel Cordero Castillo dijo...

Tremendo, sencillamente amen.

Patricia dijo...

¡Desafiante!

Fausto Liriano dijo...

Manuel: Gracias...

Patricia: Si, es un desafío al que nos encontramos a diario pero que nos puede llevar al orar sin cesar...