viernes, enero 12, 2018

¿Cuál es la mejor traducción de la Biblia?

Lo ideal para cualquier libro sería leerlo en el idioma que se escribió. Lo mismo con la Biblia (sería aprender hebreo bíblico o griego koiné), pero seamos honestos: no todo el mundo tiene el tiempo ni la energía (a veces ¿el interés?) de hacerlo. Así que, necesitamos las traducciones para acercarnos a la Biblia. El asunto es que hay tantas traducciones (en español más de 20 traducciones salieron solo en los últimos 25 años, sin contar las anteriores) que es inevitable que surja la pregunta “¿cuál es la ideal?” y “¿cuál es la mejor?”

La respuesta a esa pregunta es mucho más compleja (también mucho más simple) de lo que muchas personas la han puesto. Empecemos con algo obvio (aunque no dudo que será chocante para muchos): cuando leemos una traducción de la Biblia leemos la Biblia a través del ojo y la interpretación del traductor o los traductores. Lo digo no para que dudes de su contenido sino para que sepas que no podemos casarnos con una sola en específico (como algunos han hecho con la Reina-Valera 1960 en español, la King James en inglés o la Almeida en Portugués… pero no nos adelantemos). Ya que hay personas con un conocimiento más alto del lenguaje, otros con un manejo más bajo, otros que se sienten más cómodo con un lenguaje más informal, etc., necesitamos acercar la Biblia (si entendemos la importancia de la Palabra de Dios) a cada uno de ellos. Eso hace que los proyectos de traducción tengan un propósito específico. No se hacen al azar ni a lo loco sino con la intención de destacar cosas en el texto o con el fin de alcanzar cierto público.

Tenemos traducciones “literales”, como se intenta hacer con Reina-Valera 1960, que más bien son “traducciones formales”  (la literalidad total es imposible). Estas traducciones, aunque quieren mantenerse fieles al método palabra por palabra, no logran en muchos momentos agarrar el significado del texto en el original. El Dr. Marlon Widnedt nos da un ejemplo de esto:
“… en el libro de Amos 4:6 el texto de Reina-Valera 60 dice literalmente:
‘Os hice estar a diente limpio en todas vuestras ciudades, y hubo falta de pan en todos vuestros pueblos; mas no os volvisteis a mí, dice Jehová.’
Para el lector moderno que no conoce el contexto del mundo antiguo, este texto pudiera ser entendido como un llamado a la higiene bucal, y se puede preguntar cómo esto podría ser un castigo ya que, en nuestros tiempos, tener los dientes limpios es un valor positivo. Pero… en la antigüedad no había esa conciencia de higiene bucal y tener dientes limpios en ese contexto indica algo negativo. Resulta que se trata acá de un castigo de Dios contra del pueblo: la carencia de comida (una hambruna) que conducía al estado de tener los dientes limpios por ¡no haber podido comer! Es por eso que la Reina Valera Contemporánea lo traduce de manera que podamos agarrar el sentido que la frase quiere decirnos:
“»Yo les hice pasar hambre en todas sus ciudades, y hubo falta de pan en todos sus pueblos, ¡pero ustedes no se volvieron a mí!” (Amos 4:6 RVC)”

Hay traducciones más libres como la Traducción En Lenguaje Actual (TLA), que en ocasiones te ayudan a entender mejor el texto pero, si tienes tiempo leyendo la Biblia, a veces te sentirás incómodo con el hecho de que la traducción es más una explicación del texto. Hay equivalentes dinámicos como la NVI, pero para diferenciarse un poco de las equivalentes formales hacen traducciones en un lenguaje más complicado (¡qué paradoja!) de frases que en las traducciones más literales se entienden mejor.

Hay paráfrasis como The Message o La Biblia Al Día (The Living Bible en Inglés), que son traducciones con una alta carga de interpretación y se preocupan más por explicarte el texto que por traducir una frase en el idioma original por una frase en el idioma receptor. Algunas personas se sienten incómodas con esto, pero la verdad es que en muchas ocasiones poder tener acceso a una paráfrasis nos hace agarrar mejor el sentido, y podría ser que cuando vayas a una Biblia de este tipo y leas algo que te parece nunca viste, y vuelvas a una más formal para ver “si de verdad la Palabra dice eso”, te encuentres con la sorpresa de que… dice lo mismo, es precisamente lo que siempre te ha dicho pero nunca habías entendido. Estas Biblias son útiles para un tiempo devocional o para comparar con otras en el estudio personal de las Escrituras.

Ahora, existe un peligro con ciertas versiones que insertan motivaciones doctrinales en la traducción. Llevo años leyendo la Nueva Traducción Viviente (NTV) por la claridad que ofrece en ciertos pasajes (después de todo es lo que uno busca cuando uno lee la Biblia: entenderla). Pero debo admitir que uno encuentra ciertas motivaciones doctrinales que de alguna u otra manera pueden llegar a ser molestosas por la impresionante frecuencia con que aparecen (es imposible que en algún punto un traductor bíblico no inserte su propia perspectiva, pero los buenos traductores tratan de que esto sea lo menos frecuente posible). Un ejemplo de esto es el texto de 1 Timoteo 4:16, que en la Reina-Valera-Contemporánea, por ejemplo, dice:
“Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello. Si haces esto, te salvarás a ti mismo y a los que te escuchen.” (1 Timoteo 4:16 RVC)

Pero en la Nueva-Traducción-Viviente lo traducen como:
“Ten mucho cuidado de cómo vives y de lo que enseñas. Mantente firme en lo que es correcto por el bien de tu propia salvación y la de quienes te oyen.” (1 Timoteo 4:16 NTV)

El texto en el idioma original y otras traducciones (excepto La Biblia De Las Américas) dicen “te salvarás a ti mismo” (en griego: “σεαυτὸν σώσεις”), pero es obvio que el equipo de traducción de la NTV se siente incómodo con la frase y, como no entiende dentro de su marco teológico (es posible que esto sea parte del propósito de la traducción) que Timoteo pueda salvarse a sí mismo (uno no se gana la salvación sino que es don de Dios, creemos) cambia la frase para que se adapte a su punto de vista teológico. Esto es un poquito peligroso y creo que es ir muy lejos ya que no podemos tomarnos esas libertades, hay que dejar que el texto diga lo que dice, aunque eso ofenda nuestras sensibilidades teológicas y aunque tengamos que explicarlo. La Biblia de las Américas (LBLA) hace esto mismo.

Todos los ejemplos que he puesto, te dicen ciertas desventajas que pudiesen tener esas traducciones pero al final quienes traducen (en la mayoría de los casos) entienden esas desventajas pero sacrifican esa parte con el fin de que la traducción cumpla su cometido: que la Palabra de Dios sea entendida para la persona a la que va dirigida.

¡Entonces! Consejos finales al elegir una traducción:
1- Ten en cuenta que lo que buscas es entender las Escrituras para aplicarla a tu vida.
2- Compara varias traducciones y vete por la que mejor entiendas de entre las opciones que son más aceptadas dentro del pueblo de Dios.
3- Entiende que la elección de una traducción es un asunto de preferencia personal (con qué tipo de lenguaje te sientes más cómodo) y de entendimiento (“esta traducción, ¿hace que entienda mejor la Biblia?”), y hasta “esta es la traducción de la Biblia que mi denominación y congregación están leyendo” (lo que algunos hacen sin preguntarse por qué).
4- No solo te lleves de la frase “más fieles a los originales”, sino también de cuál es el propósito del Equipo de Traducción al poner en nuestras manos esa traducción de la Biblia. En ese sentido: siempre… pero SIEMPRE lee la parte que nadie nunca lee en sus Biblias: la “Introducción” y el “Prefacio” (están justo después del índice), ya que ahí se explica el propósito de la traducción, los textos que los traductores usaron, las decisiones que tomaron y por qué tomaron esas decisiones.

Ya como consejo muy personal: si buscas una traducción apegada a los idiomas originales, entendible y hasta cierto punto formal, creo que la Reina Valera Contemporánea es una buena opción ahora mismo; para tu tiempo devocional y de oración algo como la Traducción En Lenguaje Actual, The Message (si hablas inglés) o La Biblia Al Día, son buenas opciones; preparar un sermón o un estudio: usa todas las versiones que tengas a mano.

En fin: ¿Cuál es la mejor traducción de la Biblia? La que puedas entender mejor y la que te acerque mejor a Dios y su Palabra.

Nos vemos en el próximo post.
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Fausto Liriano • www.veldugo01.com
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