viernes, enero 09, 2009

GUERRA Y UN NO A LUGAR PARA LA COMPASION

".... una nación en guerra no tiene tiempo para el pobre, ni espacio para preocuparse por iniquidades extraordinarias que constituyen esta sociedad o sobre esas partes del mundo destrozadas por el hambre y el genocidio. Todo- libertades civiles, procesos de justicia, protección de la ley- debe ser subordinado a la gran empresa moral de ganar una guerra sin fin..."
Stanley Hauerwas

Hace dos días, en las portadas de casi todos los periódicos nacionales se veía la foto de una cabecita que sobresalía entre los escombros de un edificio derribado por las bombas en Gaza. Esta pequeña niña había muerto junto con la mayoría de personas de su casa, y sobresalía en todas las noticias (creo que a nivel mundial) como apelando a nuestra sensibilidad en una lucha que parece no terminar.

Y, ¿qué podemos hacer? ¿cómo le dices que pare a una nación que entiende que es "una gran empresa moral" la lucha que está llevando a cabo? Las voces se levantan por todos lados, como nunca antes en diferentes blogs, en páginas de internet, en podcast, programas de radio, televisión y en las calles, esta vez del lado de aquellos a quien siempre se nos ha presentado como el "enemigo". ¿Cuál es la bendita solución al rumbo que lleva este mundo? ¡Nos hundimos capitán! Pero nadie hace nada, "¿Quién ha creído a nuestro anuncio?"

En el mundo hay una parálisis general, ante atrocidades que son el negocio de muchos (porque las guerras son un gran negocio), y ¿de que lado está Dios? ¿del lado de Israel? ¿puede Dios estar del lado de un estado impío? (esta pregunta que me hizo meditar me fue hecha por Alexander Rodríguez hace un buen tiempo) ¿de un Israel que le ha dado la espalda? Y no por esta guerra.

Dios está del lado de la justicia. Y esa justicia debe ser representada por una Iglesia que no está envenenada por sentimentalismos antiguos por un pueblo que necesita acercarse a Dios. Oremos por Israel. Oremos por Palestina. Trabajemos por el Reino.

Una vez más: "venga tu Reino..."

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Texto muy interesante.

Sobre el tema, yo estoy definido: siempre estuve del lado de Palestina, luchando a brazo partido contra los hermanos en la fe que me decian que debia estar del lado de Israel, porque era el pueblo escogido y estio que estaba haciendo era parte de los ultimos dias (por lo tanto, era de Dios).

Siempre rechace esa idea. Creo profundamente que los genocidios y las matanzas no vienen de Dios sino que son propias del hombre.

Creo que Dios esta de parte del debil (algo que me es muy facil decir, pero muy dificil ver y creer, porque las matanzas a mujeres y niños siguen hace años).


Esta situacion me hizo repensar mi vision sobre la antiguedad y el pueblo de Israel. Es decir, me pongo a pensar: ¿las matanzas de la antiguedad en la conquista de Canaan, que fueron? ¿Correctas, incorrectas?

A veces nos posicionamos en funcion de lo que nos favorece, o favorece a nuestra ideologia cristiana (nuestra forma de leer la biblia), y no denunciamos los mismos abusos que denunciariamos, si nos sucedieran a nosotros.

Un abrazo. Tengo un blog similar al tuyo, pero distinto tambien. Espero que pases y leas.


Marcos.

Fausto Liriano dijo...

HOla Razón Humana: no estoy ni del lado de Palestina ni del lado de Israel... seré tan fuerte con los Palestinos cuando cometan injusticias como lo sería con Israel.
Ahora, yendo a la Biblia cuando este tipo de cosas se hacían como cristiano y creyente de la Palabra, aunque no lo entienda creo que tuvieron un propósito, y el propósito era establecer al pueblo de Dios en Canaán, un pueblo que servía a Dios. Mientras eso esté en cuestión con Israel (su fidelidad a Dios), me reservo el derecho de definir estos ataques como justos o con algún propósito...
Bendiciones.