YO Y MI OTROS DIOSES

El Hit #1 de todos los tiempos en mi Top 40 es una canción de Fito Páez que se llama "Normal 1". El que me conoce sabe que cuando me gusta una canción la pongo una y otra vez, hasta... 10 veces. Y el otro día, hablando con mi esposa, una de las cosas que me preguntaba era: "¿por qué me gusta tanto?" No llegamos a nada, pero el post no es sobre Fito o la canción. La cuestión es que hay una frasecita en ella de la que quizás he escrito varias veces o he utilizado como título en alguna ocasión que es "cuando no creíamos en nada".

¡Qué jodida época! Esa en la que yo estaba con mis otros dioses, mis deseos, mis metas, lo que quería, mi ministereo, mis macabros proyectos, cosas que aún siendo cristiano me impedían llegar a Dios. En ese tiempo oraba al aire con los otros dioses en la mente, creyendo que oraba a Dios y que lo que pedía era legítimo. Con mi corazón en motivaciones tan erroneas aunque con buenos deseos, en ese tiempo pensé que creía en Dios pero no creía en nada. Gracias a Dios doy ahora que el Espíritu traduce las oraciones. Es como el amigo que después de uno decir cualquier disparate le dice al otro: "¡Eh! No le haga mucho caso está un poco perturbado, lo que él quizo decir fue..." ¡Cuanto trabajo pasó el Espíritu conmigo! Y ahora veo: cuanta misericordia tuvo Dios de mi, si a Dios todavía le gustara asesinar con rayos hace años estuviese muerto y con uno de color peculiar.

A veces me pregunto si era parte del proceso. A veces me pregunto si era necesario. A veces me pregunto si el tiempo debió ser más corto. A veces me pregunto tantas cosas, otras veces: lloro (¡de verdad!). Pero oigo la voz de Dios en forma de Marcos Vidal que me dice: "que no piense, que descanse, que no pasa nada." Y entonces pienso en esa época "cuando el uniforme generaba frenesí, cuando la bandera idolatrada. Cuando la Fernández se peinaba el peluquín... ¡Cuando no creíamos en nada!"

Quizás por eso me gusta tanto esa canción.