lunes, abril 19, 2010

06- MIS 200 DIAS

Aquí estamos en medio del reto. Disfruto escribiendo, aunque no tanto como disfruto estar con mi esposa o ver a nuestro niño (que todavía está en la panza) tocar batería y jugar fútbol mientras está ahí adentro. Pero es de las pocas cosas que he logrado hacer sin tener que sentirlo como una obligación o como si tuviese que decir algo. Casi todo lo que uno hace de esa manera te cuesta, aunque te guste, y te pesa cuando sientes que no tienes que hacerlo pero que debes. Así que, me he propuesto que estos 200 días no me contaminen. No quiero sentarme y sentir que tengo una responsabilidad con nadie, que debería decir algo revolucionario, o que debería denunciar las atrocidades de nuestras instituciones religiosas y abomina... ups!! perdón: denominaciones. Al contrario: ¡qué salga lo que salga! El que quiera acompañarme le damos, y si no pues camino.

El mundo está en tumulto. Aparte de las catástrofes que están ocurriendo, es como si el ser humano se hubiese vuelto loco o como que las noticias, y la locura rapídez de los medios en nuestros días, nos dejan ver esa parte del ser humano que antes era leyenda, pero que ahora es como verdad. Y lo único que nos sale, después de ver las noticias o escuchar hablando a alguien que presenció lo que presenció: "esto se jodió." Encima de eso, los políticos... los políticos... Cuando caminas es como si nada estuviese seguro, nuestro país no está seguro, si estás en tu casa no estás seguro, si sales no estás seguro, pero tampoco tu casa, y uno les deja las cosas a Dios, que de verdad las hace por nosotros, por su fidelidad y amor y no por obligación (y por eso lo sigue haciendo porque no se siente obligado; aunque hay hombres que piensan que sí, que El está obligado a algo que no está).

Entonces, tengamos algo seguro: algo que nadie puede tocar, que no nos pueden obligar a hacer. Yo escribo, y no me obligo a eso. Y mudaré casí todas mis actividades a ese estado donde las haré porque las haré, porque es lo que quiere Dios que yo disfrute y no que muera de un infarto.

Mis 200 días, mis 200 días.... ¡Mis 200 días!

1 comentario:

Yo soy Escribidor dijo...

Me gusta leerte. Te sigo.