viernes, enero 06, 2012

Por Fe...

Muchas de las cosas que pasan por mi mente tienen que ver con la fe, porque desde el año pasado he tratado de quitar todo enigma que hay alrededor de la palabra. Esto lo digo a título personal, porque no pretendo de ninguna manera que lo que puede nublarme a mi nubla a otros, o que soy de alguna forma responsable de despertar a los que sueñan sin fe. En cierto sentido todos somos responsables por todos, "ningún hombre es una isla" dice un conocido refrán. Pero hay cuestiones de la fe que se deben tocar a manera personal y cuando es así, se trata sin pensar en la fe de otros sino en mi con respecto a la fe.

La fe es malinterpretada, como si fuese algo que artificialmente puede ser impuesto en otros y en ese sentido es peligroso. O como si fuese algo que debe "activarse", algo dormido que debe despertarse. Otros la malinterpretan como algo que solo un grupo élite puede tener, el grupo élite ese que uno ve que parecen no tener dudas pero que llegan a su casa temblando de miedo porque la falta de fe a veces los derrumba (a veces o todo el tiempo). En ese sentido esa gente dice grandes cosas que parecen ser fe, grandiosas hazañas que parecen derrumbar montañas pero carecen de una fe básica, esa que hace que el hombre sea humilde y vulnerable. "¿Tendrán fe?" me pregunto, pero sigo conmigo porque quiero fe. Porque dudo, porque a veces me cago de miedo cuando miro al dragón a los ojos, y más que fe: es el orgullo que me hace seguir, y en ese sentido, a veces y solo a veces: agradezco a Dios por un orgullo que me da valor. Pero no quiero orgullo, quiero fe.

¿Por qué? Porque es imposible vivir en este mundo sin fe (sin amor y sin esperanza tampoco, pero eso sería otro post). Hay que creer en algo pero no por seguridad. Por seguridad se dicen grandes cosas y se confiesan "en fe", cosas que sabes que no van a pasar pero que te ayudan a atravesar el día. Y, ¿qué hacemos? "hay cosas que te ayudan a vivir." Yo no quiero seguridad, quiero libertad, y la fe que produce libertad es la fe en el Hijo de Hombre. Esa fe desafía la seguridad que la impide, sale de la comodidad y con las piernas temblando, los ojos llorosos, la voz quebrada y el cerebro explotando por la sangre que bombea en masa desde todo el cuerpo a la cabeza dice: "¡Muévete montaña!" Y montañas grandes, pequeñas, de todo tamaño se mueven, entonces uno que viene de la duda dice (desde la fé básica, esa que hace que el hombre sea humilde y vulnerable), es imposible que yo haya hecho esto, ¡a Dios sea la gloria!

Mira. ¡Qué tengas un buen fin de semana!

1 comentario:

Miguel Quintero (Owirúame) dijo...

La buena gente prefirió entonces abandonar la Fe y ahora las montañas permanecen por lo general en su sitio. (dijo Tito Monterroso en La fe y las montañas)Quiera Dios que anhelemos abandonar esa comodidad para descubrir lo que Él puede hacer.