martes, julio 23, 2013

Coherencia

El otro día, mientras conversaba con un grupo de amigos, me preguntaban cuál era uno de los grandes peligros que le veía al cristianismo actual, mi respuesta: la falta de coherencia. Les explique lo que llamo “La Teoría Péndulo”, que es más o menos así: la iglesia prueba algo por un tiempo, cuando algunos empiezan a notar que de repente nos hemos enfocado en eso por mucho tiempo, a costa de otras cosas que descuidamos, empiezan a reaccionar. Su reacción es irse al otro extremo evitando casi totalmente (en la mayoría de los casos totalmente, pero seamos justos) lo que ha estado “de moda”, si me permiten llamarlo así. Algunos imitan y siguen, abandonando el paradigma anterior, y sin darse cuenta se dedican solamente a lo que se ha estado considerando como importante, que se ha “re-descubierto” y que ha sido descuidado por mucho tiempo. De repente algunos empiezan a notar que hay un sobre-enfoque en el asunto, a costa del descuido de otras cosas, empiezan a reaccionar. Su reacción es irse al otro extremo.

¿Lo notaron?

Luego del péndulo viajar a través de los diferentes extremos del espectro, la historia vuelve a repetirse, ¡desde el principio! Vamos re-descubriendo y re-descubriendo, sin darnos cuenta que, “Lo que ya ha acontecido volverá a acontecer; lo que ya se ha hecho se volverá a hacer ¡y no hay nada nuevo bajo el sol!” (Eclesiastés 1:9).

Para que tengas un ejemplo concreto:
Durante varios años se hizo mucho énfasis en el Espíritu Santo, descuidando un poco el estudio de la Palabra. Así que, al darnos cuenta, nos dedicamos al estudio de la Palabra abandonando un poco (algunos hasta negando la posibilidad de...) el trabajo del Espíritu. ¡Pero descuidamos el liderazgo! Entonces abandonamos el estudio de la Palabra o lo combinamos con estrategias de mercadeo con el fin de inyectarle a la institución eclesial cierto “orden.” ¡Pero descuidamos la adoración (o el evangelismo o las misiones o no se hace discipulado)! Abandonamos todo lo otro. Se repite. Debería llamarlo “El Ciclo de Locura”. 

En palabras de un filósofo popular: “La historia se repite, primero como una tragedia y luego como una farsa.” Mi pregunta es, ¿por qué se nos hace tan difícil lograr cierto equilibrio? ¿Por qué no dedicarnos a las disciplinas espirituales, al estudio profundo de la Palabra, a adorar a Dios con todo nuestro corazón, a compartir la fe con otros, a tomar a alguno de nuestros amigos más cercanos e iniciar un caminar juntos, con y hacia Dios, o revisar los modelos de liderazgos bíblicos despreciando los mundanos (o tomando de los modelos de liderazgo del mundo lo bueno y rechazando lo nocivo) y ponerlos en práctica en nuestras congregaciones? Y todas estas cosas: al mismo tiempo.

¡Exacto!
Al contrario, tenemos congregaciones “enfocadas en adoración”, otras “enfocadas en evangelismo”, otras “enfocadas en lo bíblico” o en “guerra espiritual” o en... Cada cosa a costa de las otras.

Lo contrario a coherencia es incoherencia. Y por eso, no hacemos mucho sentido a la gente que nos observa desde afuera y algunos buscadores sinceros que están entre nosotros. Esta incoherencia no es solo institucional sino personal, individual. Es ahí donde veo el mayor problema.
(continuamos luego... ¿cool?)
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Fausto Liriano • www.veldugo01.com
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Foto Cortesía de Thomas Hawk

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