viernes, noviembre 01, 2019

¡La Espera Me Consume! (Salmo 119:81-88)


81- Languidece mi alma esperando tu rescate,
en tu Palabra encuentro esperanza.
82- Los ojos se me nublan esperando tus promesas,
y hasta he dicho: ¿cuándo vendrás a consolarme?
83- La piel se me ha quebrado como odre ahumado,
aún así no he olvidado decretos.
84- ¿Le quedarán muchos años a tu siervo?
¿Cuándo harás justicia con los que me persiguen?
85- Los insolentes traman atraparme,
¡Y eso va contra tus leyes!
86- Legítimos son todos tus mandamientos,
pero ellos me persiguen con mentira, ¡ayúdame!
87- La destrucción casi me alcanza en esta tierra,
pero no he dejado de vivir por tus preceptos.
88- Los testimonios de tu boca atesoraré,
por tu amor y bondad déjame vivir.

Esta es una de las partes del salmo con la que más nos podemos identificar: ya sea porque estamos pasamos por tiempos de espera y silencio, o porque ya los vivimos. El salmista externa cómo el tiempo prolongado de la espera lo va deteriorando internamente ("Languidece mi alma esperando..."), externamente ("Los ojos se me nublan esperando..."), y como eso se va reflejando en su apariencia ("La piel se me ha quebrado como odre ahumado").

Como pastor me ha tocado estar en muchas de esas conversaciones en las que alguien no entiende ni el por qué ni el cómo de lo que le está pasando, y la pregunta es "¿hasta cuándo? (chequea el v. 84, por favor-please, gracias). Son... los momentos más incómodos pero también los más cruciales de nuestro crecimiento espiritual. A veces, por cosas que uno ha pasado puede dar un consejo y resulta satisfactorio para el que escucha, pero muchas veces (y no tengo miedo de decirlo) uno tampoco entiende: pero sí puede ofrecer compañía y oración...
y silencio en esos momentos complicados.

¿Qué admiro del salmista?
Sigue firme en el camino de la Palabra:
"en tu Palabra encuentro esperanza" (v. 81)
"no he olvidado tus decretos" (v. 83)
"no he dejado de vivir por tus preceptos" (v. 87)

Sigue también firme orando:
"por tu amor y bondad déjame vivir" (v. 88)

Alguien que ha recorrido el camino, sabe que la ayuda llega. A veces los tramos son largos y no has visto los avisos de que en "los próximos 300 kms no hay gasolinerías, ni tiendas, ni cafeterías". Quizás no lo viste porque no había avisos de que el tramo iba a ser jodón...
Pero no te rindas...
"El Espíritu de Dios está trabajando en nuestro interior, ¡y al mismo tiempo sentimos estos terribles dolores de parto! Nuestros cuerpos anhelan ser rescatados y liberados. Pero la espera no nos consume, así como tampoco una madre embarazada es consumida por el tiempo que debe esperar hasta el nacimiento de su hijo. La espera nos hace crecer. ¡Por supuesto que no vemos que estamos creciendo! Pero mientras esperamos, más crecemos, y si confiamos en Dios: nuestra expectativa se transformará en gozo." (Romanos 8:23-25 PAR)
Espera...
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Fausto Liriano • www.veldugo01.com
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