miércoles, octubre 26, 2005

FINALIZANDO A NEW KIND OF CHRISTIAN (01)

Si eres un lector regular de este blog sabes que desde hace algunas semanas (quizás tres o algo así) estaba leyendo A NEW KIND OF CHRISTIAN de Brian McLaren. Había empezado el libro hace siglos pero le perdí el interés probablemente por la condición en que me encontraba en ese momento, etapas de la vida. Creo que eso influye determinantemente en como un libro te vaya a afectar, incluso la Biblia, algunos versículos nos afectan dependiendo nuestro estado de animo o condición ambiental del día.
Esta vez encontré este libro increíble, no quería parar de leer y de alguna forma no quería que se acabase, me sentí muy identificado. He aquí algunos de los pensamientos que he extraído de este libro:
Brian McLaren escribió esta novela basado en experiencias que ya él había vivido. Había caído en una condición depresiva en la que muchos pastores y líderes caen después de un tiempo, algunos abandonan y otros continúan, agotándose y destruyéndose física y espiritualmente, mientras otros simplemente triunfan.
Scott Peck dice que la depresión está acompañada a veces por el colapso de un mapa mental o paradigma; es una expresión natural y necesaria de la pena, pena por la pérdida de algo quizás alguien muy querido como un hermano o una madre: nuestra forma de ver el mundo, nuestra forma de ver la vida. Y en el caso de muchos de nosotros el colapso y la desilusión al ver en que se ha transformado la iglesia.
Este proceso, según Alan Roxburgh, tiene 5 fases:
1- Estabilidad, cuando la vida esta bien, las teorías explican todo adecuadamente, y las preguntas son pocas.
2- Discontinuidad, cuando el viejo sistema parece trabajar menos.
3- Desconexión, cuando empezamos a sentir que el sistema actual no es sostenible y empezamos a desconectarnos poco a poco.
4- Transición, cuando dejamos parcialmente el viejo mundo y vamos entrando poco a poco al nuevo.
5- Reformación, cuando decidimos irnos al nuevo mundo definitivamente.
Quizás Martín Lutero se sentía de esta manera. Quizás cuando se le pidió que predicara sobre las indulgencias pensó: "No puedo más con esto. Quizás deba volver a mi profesión de abogado." Sus experiencias parecían malas para él. (Quizás estaba aterrorizado: ¿estoy perdiendo mi fé? ¿estoy apartándome de Dios?) Pero los protestantes estarían de acuerdo en opinar que algo bueno iba a ocurrir.
Empiezas a pensar que si estamos en un nuevo mundo, entonces necesitamos una nueva iglesia. No necesitamos una nueva religión, pero un nuevo marco para nuestra teología. No un nuevo Espíritu. No un nuevo Cristo, pero si un cristiano nuevo. No una nueva denominación, pero una nueva iglesia para cada abominación (¡perdón! denominación)
No se puede hablar de esto con todo el mundo. La gente empieza a preocuparse por ti. Quizás piensen que te estás cambiando a una secta o algo así, o convirtiéndote en un traidor. Así que mantienes tu pequeño secreto, esta duda que no es dudar de Dios o Jesús o falta de fe, pero si acerca de nuestra forma de ver a Dios, a Jesús o tener fé. Y es increíble como cuando compartes esto, te encuentras a alguien que dice: "¡Wow! No puedo creer que estés diciendo esto, pensé que yo era el único que pensaba así."
Muchos de nosotros nos sentimos mal, dudando de "el sistema" sin poder decir nada porque podemos ser señalados. Nos hemos dado cuenta que Dios no es un objeto de estudio que es algo demasiado grande como para limitarlo en simples puntos o teorías que nuestra mente finita ha llegado a desarrollar respecto a El.
(continuará)

1 comentario:

Lenin Almonte dijo...

Tremendo tema. Excelente!
No son faciles los cambios, pero vamos adelante No estamos solos en esto .(Hay mas de 7000 rodillas que no se han doblado ante la rutina de la religión!)

Buenos comentarios Fausto