viernes, febrero 16, 2007

Entonces, ¿abajo la Iglesia? (FINAL!)


El repartidor de periódicos que distribuye en el área donde vivo, me despierta todas las noches a eso de las 3 a.m. cuando tira todos los ejemplares en la entrada del estacionamiento del complejo apartamental donde vivo. Antes se tomaba la molestia de llegar a la puerta de cada edificio y dejar la cantidad exacta (a veces un poquito más) justo en la entrada; pero aparentemente no le dieron su regalía en navidad y ahora sufrimos todos, porque cuando nos levantamos ya no hay periódicos, se lo lleva la gente que se levanta temprano a caminar, y sufro yo, porque todas las noches, sin falta, me despierta.

Hoy, un milagro, cuando bajaba las escaleras para ir a llevar a mi esposa a su trabajo, encuentro que están todos los ejemplares en la puerta del apartamento (no era de extrañarse porque anoche no me despertó), así que tomo mi periódico para leerlo cuando vuelva a casa.

La situación del país está mal. Creo que todos los que vivimos en un país latinoamericano (si esa es tu realidad y vives en otro país del mundo pues perdón pero solo puedo hablar de lo que conozco) tenemos la impotencia de sentirnos usados, violados (y de muy mala manera) y engañados por funcionarios de gobierno que en vez de tener discusiones que traigan soluciones para que el país mejore, se disputan como aves de rapiña el cuerpo nuevo encontrado. Cada vez que veo en el Discovery Channel (si esta publicidad les sirve por favor contáctenme a través del e-mail que hay en este blog, y manden el cheque a la dirección adjunta… :-P) o en Animal Planet, a un grupo de aves de rapiña pelear por un cuerpo muerto y llevarse la mejor parte o un grupo de hienas disputarse el cuerpo de una zebra, me imagino a los políticos comiéndose el país y las oficinas del estado unos con otros, es una de mis peores pesadillas, siempre despierto sudado de ese sueño, y también algunos de ustedes, que junto conmigo Dios nos ha puesto en esta parte del continente donde la corrupción es tan evidente.

¿Cómo debo reaccionar ante eso? Les confieso que la impotencia es tal que me paraliza, y no me deja hacer nada. Particularmente aquí en República Dominicana, la gente ni siquiera asiste a las protestas que legalmente se convocan porque cree que no hay remedio, y que lo único que tienes que hacer es trabajar para superarte o subirte en una frágil embarcación y buscar una mejor vida en otro país.

Muchos nos sentimos así con la iglesia, y cada vez que oímos “Cristianos” de Marcos Vidal, nos sentimos como velando el cuerpo, y como que ya no hay más nada que hacer. Estamos paralizados ante el robo y el engaño de los televangelistas, los abusos pastorales, y hasta de los abusos de los líderes abominacionales (¡perdón! “denominacionales) y de concilios, a muchos pastores y sus familias. Pero, ¿qué se puede hacer?

Mucho. La iglesia durante muchos años se fue construyendo por hombres que en el anonimato se dedicaron con urgencia a la tarea de “hacer discípulos de todas las naciones.” Una de las razones por las que estamos aquí, aparte de la confirmación de las palabras de Cristo de que las puertas del infierno no prevalecerán contra la iglesia, es porque muchos cristianos esparcieron el evangelio en el mundo:
- Con sus palabras
- Con sus hechos
Creo que una minoría de personas, algunos que se decidan a vivir de esa manera, harán la gran diferencia.

¿Quiénes eran esos (¡y quiénes son!)?
Me tomaría la libertad de decir que son aquellos de los cuales en el libro de hechos se dice que: “Fueron apedreados, aserrados por la mitad, asesinados a filo de espada. Anduvieron fugitivos de aquí para allá… pasando necesidades, afligidos, maltratados. ¡El mundo no merecía gente así!” (Hebreos 11:37,38)
En pocas palabras: aquellos que entregaron su vida a Dios, negándose a si mismos y no encontrando ninguna otra satisfacción que en agradar a Dios.

Yo espero que abandonemos los delirios de grandeza, la satisfacción personal al acumular fama por la “causa de Cristo”, el deseo a ser reconocidos por otros, la practica de la tiranía en la que maltratamos mucha gente, el creerse “santos” y con el derecho de rechazar a otros, y nos dediquemos a construir la Iglesia en Palabra y en hecho.

Abajo esas vainas (cosas) y ¡ARRIBA LA IGLESIA!

4 comentarios:

Natanael Disla dijo...

¡Arriba la Iglesia!

Fausto Liriano dijo...

Eso es man!!! Arriba!!!

Anyul dijo...

WOw!!! excelente serie Fausto, voy a poner un link a tu serie en mi blog, y trataré de crear un pdf con todos los artículos y tomarlo como tema de estudio en mi discipulado.

Dios te bendiga!!!!
Gracias por compartir todo esto!!.

Fausto Liriano dijo...

Webmaster: NO PROB!! Solo pon la fuente de donde viene y ya esta...
Dios te bendiga,
FAusto