miércoles, febrero 07, 2007

... "MIEMBRO" O DISCIPULO... 03

¿ABAJO LA IGLESIA? 18 Sección 8 - Parte 3


“No discipular es el elefante en la Iglesia. No son las muy discutidas fallas morales, abusos financieros, o la maravillosa similitud que existe entre cristianos y no cristianos.” Dallas Willard

Debemos hacer la diferencia clara entre ser “un cristiano consumista”, alguien que visita a la iglesia para llenar su estómago, o un discípulo de Cristo. Para ilustrar bien ambas posiciones: hace meses (muchos meses) postié en mi blog lo siguiente, llamado “EL IGLE MALL”:
  • Vendedor: ¿Puedo ayudarle?
  • Consumidor: Si, estoy buscando una iglesia
  • Vendedor: ¿De qué tamaño? ¿Mega, regular, pequeña o tipo célula?
  • Consumidor: Ehh... creo que tipo célula...
  • Vendedor: ¿De que sabor? ¿Tradicional, contemporanea o postmoderna?
  • Consumidor: Oyeme... ¿contemporanea y postmoderna no es lo mismo? ¿las dos tienen buena música?
  • Vendedor: No... lo que pasa es que en la contemporanea agregamos la combinación de colores para el interior.
  • Consumidor: Ahh, ¿si? Pues entonces quiero Postmoderna porque nunca me ha agradado ese asunto de tener diferentes colores en el interior de una iglesia, me da como problemas visuales y dolor de cabeza.
  • Vendedor: Ok, pues ahí le va, repitiendo su orden: Iglesia Cristiana estilo Célula sabor Postmoderna y sin combinación de colores. ¿Le gustaría algo más? ¿Qué tenga vitrales y eso?
  • Consumidor: Ehh... no, creo que es todo...

Esto puede sonar levemente contradictorio pero consumir no es necesariamente malo. No podríamos decirle a la gente que no puede comer en el restaurant que le gusta porque eso es vanidad, que comer es simplemente para alimentar el cuerpo y que si yo soy de esos que transforman la comida en un placer o que debe comer en “tal sitio en específico” soy un alma del diablo y debería arrepentirme. De la misma forma, cada uno de nosotros tiene total derecho de elegir la comunidad donde se congregaría. A mi no me gusta estar en un lugar donde no quiero estar.
Entonces, ¿cuál es el punto de señalar esa diferencia?
Cuando eres un cristiano consumista, los únicos motivos son tu satisfacción personal más que satisfacer la necesidad humana de tener una profunda relación con Dios. Entonces te conviertes en alguien que va de aquí para allá hasta donde estés satisfecho, cuando ya no te satisface entonces te mueves a otro lugar y esto se convierte en un patrón en tu vida. Muchos cristianos de este tipo no crecen en su relación con Dios, porque no benefician al cuerpo de Cristo, son como un cáncer, una célula muerta en el cuerpo que no trae ningún tipo de beneficio sino el peso que provoca en nuestro cuerpo. No tratan de descubrir sus dones y tampoco tratan de usar sus talentos para el servicio de la iglesia, por ende son prácticamente “parásitos” que existen para alimentar el ego personal de ciertos individuos que quieren ver sus iglesias llenas de gente, pero a los que no les preocupa en lo más mínimo que la vida de estas personas sean transformadas, y en el mejor de los casos ni se dan cuenta, con las mejores intenciones creen que tan sólo con sus palabras estas personas cambiarán su vida para siempre.

(discúlpenme si fui rudo... continuaré... quizás no tan rudo o no rudo pero hay que seguir...)

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