martes, junio 16, 2009

EN HTB 01

Aunque no he leído ninguno de sus libros, la persona de N.T. Wright no me es extraña.Ya sea por controversias levantadas por algunos de sus comentarios o por los 5 libros que saca cada año (¡Mierkina! si ese tiguere fuese bloguero escribiese 1000 post en 100 días), de alguna manera se de él. By the way, no se como la gente lee este blog porque doy demasiadas vueltas... bueno... na... seguimos... ¿ok?

Durante mi estadía en Londres lo vi predicando en Holy Trinity Brompton y su mensaje, aunque sencillo, es una de esas predicas que te dejan pensando: "¿dónde está mi pasión? ¿dónde está nuestra pasión?" Generalmente quienes saben o piensan mucho encantan cobras con palabras muy bonitas, pero en el caso de este tipo no paró de hablar desde su corazón sobre lo que entiende es el problema: "¿Cómo responderá l iglesia al mundo de mañana?"

Con respecto a esa pregunta, veo otro problema (que quizás el también lo ve): "En cierto sentido el mañana ya es HOY Si todavía no estamos conscientes sobre los problemas de hoy (que ya es mañana) ¿cómo responderemos a los problemas de mañana (que es realmente pasado mañana)?

En sus propias palabras: "¿Cómo presentamos a Cristo? No el Cristo de nuestras tradiciones, sino el Cristo de la Escritura, ese que estuvo frente a Pilato."

7 comentarios:

Natanael Disla dijo...

Bien lo decía Heinz Zahrnt: «… algunos teólogos hablan hoy tanto del futuro, que parece sospechoso. Da casi la sensación de que el futuro haya venido a ocupar el lugar que antes tenía el más allá. La vertical ha caído sobre la horizontal: si antes uno se escapaba hacia “arriba” de la presión de la realidad, hoy lo hace hacia “adelante”. Pero ya se escape hacia arriba o hacia adelante, en ambas direcciones la manifestación de la verdad de Dios queda trasladada a una imprecisa lejanía, espacial o temporal».

Gracias por compartir esa reflexión.

Futuro Verde dijo...

hola, es Jannet de facebook. escribeme a jann3tm@gmail.com

Fausto Liriano dijo...

Nata: nos cuesta mucho afrontar el presente y abrumados por las dificultades trasladamos nuestro bienestar a algún otro lado... gracias por tu comentario...

alber dijo...

Que bien cae la expresión: vive el día de hoy, que de mañana nada sabemos. Todo esto me parece a la teología de la historia con su exponente Oscar Cullmann y su libro "Cristo y tiempo" El presente de la historia de la salvación es el tiempo de la iglesia como tiempo de la misión-ahora, que debe ser situado en la linea ascendente de la historia de la salvación, según la dialéctica del "ya" y del "todavía no". Los problemas sociales-eclesiales son asuntos del "ahora" no productos del subjetivismo escatológica.

Fausto Liriano dijo...

Alber: no creo que todo tenga que ver con escatología... tanto los que creen en la escatología como los que no piensan en el futuro, algunos ven la iglesia hundida y sin respuestas otros la ven como esperanza (pero siempre después). Creo que debemos enfrentar el presente sin pensar en el futuro, nos acerca más a Dios pensar en el ahora.

alber dijo...

Estamos parejo.Cuando hablo de la subjetividad escatológica, lo hago mas bien como un yuxtaposición pragmática de la objetividad. Muchos cristianos y otros seres que ven su respuesta mas en el futuro, como todos unos chamanes visionarios o hijos de Nostradamus, no dan al traste de que el ahora, es hoy, no mañana, de que se debe vivir como si fuera el último día(qué trágico), o de lo contrario el arrepentimiento fuera un boleto teatral, que una vez vista la obra, es solo papel, y no pase a la vida eterna.

Desde la fundación de la iglesia, siempre se ha visto a esta como esperanza y no-esperanza, eso suena a teología de la esperanza, cuando el carácter escatológico del mensaje cristiano se redescubre con las exposiciones de Johhanes Weiss y Alber Schweitzer a principio del siglo XX donde planteaban el principio teológico del primado de la esperanza:"en la vida cristiana, la prioridad pertenece a la fe, pero el primado pertenece a la esperanza", es decir, la esperanza es la esperanza de la fe. Ahora esa esperanza y respuesta de parte de la iglesia debe enfrentarse bajo el enunciado de un evangelio de praxis, donde nos hagamos mas humanos y menos etéreo. El ahora que vivimos nos pone detrás de Dios,como cual líder que seguimos,sin los resquemores del tiempo, el mañana nos coloca delante de él, lo cual algunos no queremos.

Fausto Liriano dijo...

alber: entiendo... estamos de acuerdo.