24- ¿DONDE ESTAN LOS PROFETAS?

Es en ese sentido en que hablé antes, en donde nuestra realidad entorpece como conocemos a Dios, examinemos al profeta actual. Algo que llamo la atención al leer un listado de profecías de un conocido Apóstol (o no se como llamarle) en el blog de Anyulled.

Desde muy temprana edad aprendí que no todo el mundo pondría su mano en mi frente para darme cualquier profecía. Fue una noche a mitad de semana, en un culto de la Sociedad de Caballeros de la iglesia donde me congregaba, que aprendí que hay gente más comprometida con no pasar vergüenza que con ser sabio, quedarse callado y cuando le sea dada, decir Palabra de Dios. Como locos todos nos apilamos frente al "altar" desde donde, después de un tremendo mensaje, el predicador hizo su llamado a que todos pasáramos al frente y ser "ministrados". Yo tenía unos cuantos meses siendo cristiano, así que me estaba acostumbrando al ambiente aunque, como parte de mi personalidad, de forma muy crítica. Uno por uno se nos fue dando palabras de profecía, y al escucharlos a todos me di cuenta que quien estaba profetizando estaba más comprometido con quedar bien que con decir lo que tenía que decir.

¡Uff! ¡Y cuánto me han profetizado! ¿Lo digo?:
1- Serás predicador a las naciones, todo el mundo te conocerá.
2- Tu banda de adoración impactará a las Naciones.
3- Tu Iglesia será un centro apostólico.
4- Dios te va a mandar a ser pastor en Estados Unidos (a pesar del grandioso deseo de los dominicanos de vivir en "Nueva Yol", no me atrae).
5- Etc.
6- Etc.
No que ninguna de esas cosas pueda ocurrir, ojalá que algunas pasen (menos lo del Centro Apostólico y lo de "Nueva Yol"... ¡jejejejejeje!), pero algunas veces sentía necesidad de palabras que escarbaran mi condición (cosa que yo se que Dios sabía, sabe y sabrá), que dieran en el mismo clavo de mi situación. No quería que me dijeran que iba a hacer, quería que me dijeran que SOY, y que aunque doliera sacaran a flote algunas de las cosas que por tiempo fueron una pared entre la voluntad de Dios y yo.

Años después las profecías siguen, todas de prosperidad y de increíbles señales de bendición, cosa que no desprecio, pero al querer tener un mayor compromiso con Dios y embarcarme en darle con todo a la fe, me he dado cuenta que por años viví en un horror ¿cómo no me di cuenta? ¿por qué nadie me dijo? ¿dónde estaba el profeta desnudo diciéndome que necesitaba vestirme de Dios? ¿o cuál se casó con la adúltera (¡el Señor reprenda! dirán) para demostrarme que me había divorciado de Dios? ¿quién se amarró con esposas para enseñarme que era un esclavo? Que una de las cosas que más se hacen visibles al acercarte a Dios es QUIEN NO DEBES SER y QUIEN SERAS, y el "quién serás" es simplemente: hijo de Dios. Todo lo demás es complemento. Créeme, muchas de esas cosas no quieres escucharla, pero Dios sabe cuanto libertad hay con saber la verdad, pero nosotros sabemos cuanto compromiso hay en saberla.

Cuando los profetas están enloquecidos con sueños de PlayStation 3 y de Dragon Ball Zeta, sus ojos llenos del capitalismo que nos jode y que consume a media humanidad, su mente lleno de ideas erróneas de lo que es ser próspero, ¿de qué crees que te van a profetizar? Por eso Dios a muchos nos saca de la realidad, y ante la burla de algunos observamos como una gran multitud sigue a los profetas del fracaso, los que están comprometidos con la reputación y a quienes el carácter les importa un carajo porque son "respaldados por Dios."