Hace muchos años, había un
comercial de un televisor en el que unos cuatro o cinco hombres primitivos
descubrían este aparato pero no sabían hacer otra cosa más que darle golpes a
ver qué pasaba. El ejemplo (como casi todos) es imperfecto, pero nos da una idea
de cuál sería (o es) la aproximación de la mayoría con la Biblia. Tienes o
consigues una, pero: ¿por dónde empiezas? ¿cómo descifro lo que quiere decir?
¿es historia o es ficción o es ambos? A todas estas agrégale la pregunta de
"la aplicación": ¿cómo me sirve esto para lo que vivo hoy y de qué
forma lo que dice es relevante para una persona en el Siglo XXI?
Todas las preguntas
"responden" a la forma en que miramos la Biblia:
¿Por
dónde empiezas?
Si iniciar desde Génesis parece
ser una estrategia fallida cuando se quiere que la gente entienda el evangelio
(por lo menos es lo que mucha gente todavía piensa), así que los dirigen al
Evangelio de Juan o a otro libro donde ya esté "la información
importante".
¿Cómo
descifro lo que quiere decir?
"Hay códigos en la
Biblia", es una idea general (sin irnos al extremo ni a las teorías de
conspiración), y por alguna razón se piensa que descifrarlos nos dará una mejor
idea de lo que Dios quiere decir o nos ayudará a tener una mejor relación con
Dios.
¿es
historia o es ficción o es ambos?
Sí. Vamos a ver eso más adelante.
¿Cómo
me sirve esto para lo que vivo hoy y de qué forma lo que dice es relevante para
una persona en el Siglo XXI?
Muy buena pregunta, ¿qué tal si… empezamos?
Todas estas preguntas son importantes, para creyentes
y no creyentes porque:
1- Vivimos en una época donde la idea de un Dios o una fuerza o un
Ser con distancia divina al universo, el cual creo todo y lo sostiene todo: es
extraña y hasta increíble. Incluso mucha gente que cree en Dios vive, sin darse
cuenta, en una dualidad importante entre “Dios y no-Dios”, lo cual es…
sorprendente para mi.
2- En nuestros tiempos la verdad “tiene muchas capas”, es decir:
hay diferentes niveles de verdad. Un segundo problema que va con esto de “la
verdad cebolla”, es que la verdad es vista desde lentes modernos o
post-modernos (dependiendo de tu ubicación en GoogleMap) que ignoran cómo el
hombre antiguo conocía, se interactuaba y relataba la verdad, y como la
humanidad lo ha hecho a través de miles de años de historia. Entonces: la
verdad puede ser desconstruida desde la perspectiva actual pero ignorando (a
veces convenientemente, a veces no, dependiendo cuáles son tus amigos en
Facebook) las perspectivas del caminar del ser humano sobre esta tierra.
3- Las dos anteriores influyen, obviamente, en la construcción
contemporánea del individuo: un hombre cuya existencia errática obedece a
fuerzas del azar (o de un “karma” quasi divino, que paga y cobra de acuerdo a
su santísima voluntad), que no puede controlar (o que sí puede), que le da la
capacidad de autodefinirse (o no hacerlo, pues…) eso depende de si esa
autodefinición la impulsan fuerzas internas que actúan en un sentido contrario
al que naturalmente debería llevar, y que por tanto se vuelven “naturales”,
leyes contra las que el hombre no puede actuar… aunque a veces dice que sí
puede. El resultado es un ser ambiguo en constante tensión con el espacio y
consigo mismo.
¿Y que tiene que ver esto con la Biblia?
Bueno… si apenas nos conocemos y existencialmente el
caos nos abraza (con esporádicos recreos para observar un Donald Trump que se
hace el loco pero que sabe exactamente lo que hace), vamos a acercarnos primero
al hombre que vivía en la época en que se escribió la Biblia, vamos a ver cómo
veía el mundo, cómo contaba historias… y entonces: vamos a ver como se formó la
Biblia (y casi todas las versiones que hay sobre eso) para entonces entrar a la
Biblia desde el principio.
------------------------------------------------------
Fausto Liriano • www.veldugo01.com
Bajo Licencia Creative Commons