jueves, agosto 13, 2009

OLVIDATE DEL RESTO

Fue Agustín de Hipona que una vez dijo: "Ama a Dios y has lo que quieras." ¿cuántas veces me he envuelto en conversaciones sobre los "gran NO" de los cristianos? Es probable que el 75% de las conversaciones "teológicas" que he tenido estén conectadas directa o indirectamente con las bases bíblicas para hacer o no hacer tal o cual cosa. Sin embargo, leyendo la Palabra me doy cuenta que este tipo de discusiones deberían estar atrás (principalmente si nos consideramos maduros en la fe). Pasajes como 1 Corintios 2:14-15 ("En cambio, el que es espiritual lo juzga todo, aunque él mismo no está sujeto al juicio de nadie, porque «¿quién ha conocido la mente del Señor para que pueda instruirlo?» Nosotros, por nuestra parte, tenemos la mente de Cristo.") o Hebreos 5:14 ("En cambio, el alimento sólido es para los adultos, para los que tienen la capacidad de distinguir entre lo bueno y lo malo, pues han ejercitado su facultad de percepción espiritual."); me dicen que hay un punto en la vida del cristiano donde esas discusiones deben ser cosas del pasado porque no son un "tema de interés". Quizás sea un poco radical mi punto, pero dale cabeza: ¿cuánta energía no gastamos en poder controlarnos, en hacer y no hacer, en los SIs y en los NOs?

Lamentablemente: nunca terminan. Y yo estoy particularmente harto, y de ahora en adelante quiero envolverme en la libertad del hombre espiritual (que no es lo mismo que libertinaje), esa libertad que te permite hacer todo lo que quieras y donde ya no hay restricciones. ¿cómo es eso? Cuando mis deseos son los deseos de Dios entonces ni siquiera le doy cabeza en mi mente a las cosas que no debería darle cabeza porque mi propósito y meta es agradarle a Dios y a eso le doy cabeza, convirtiéndose en mi forma natural de actuar, y todas las cosas que podrían ser desagradables o consideradas como un NO, son simplemente inconcebibles de practicar para mi. Si, y solo si, tengo la "mente de Cristo".

Entonces: en vez de enfocarte en lo que debes hacer o no hacer, enfócate en perseguir la practica de la voluntad de Dios, o lo que Cristo llama "busca primero el Reino de Dios". ¿Cómo hago eso? Dedica tu vida a la oración, medita en la Palabra de Dios, y practica sin dubititar. Olvídate del resto.

2 comentarios:

Anyul dijo...

Excelente artículo, bro, estas cuestiones siempre son sensibles a los dictamenes legalistas de las iglesias en su afán de control. Yo a los muchachos solo les doy una regla para seguir la santidad: Romanos 14:22
¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba.

Fausto Liriano dijo...

Hola Anyul: que bueno que puedas tener la capacidad de liberar y liberarte, hay tanto stress en el control, pero también hay mucho stress en esas discusiones "teológicas"... Dios te bendiga....