57- El Silencio de Dios
Existen esas ocasiones en nuestras vidas en que lo único que recibimos de Dios, ante preguntas importantes, es silencio.
¡Qué difícil!
Oras, lees, te mueves, esperas, te callas, pero no parece haber ninguna solución.
¿Está uno sordo?
Porque dicen que Dios siempre habla.
¿No hablo el lenguaje de Dios?
Quizás no hablo su mismo... idioma.
Pero: lo has escuchado otras veces. No estás sordo. Sabes que Dios habla, porque lo ha hecho contigo tantas veces.
En esos momentos lo mejor es recordar la voz del Amado, de modo que sigamos conociéndolo cuando el vuelva a hablarnos. No olvidar que el habla. Recordar que ha hablado. Recordar su voz.
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Fausto Liriano • www.veldugo01.com
Bajo Licencia Creative Commons
Foto Cortesía de Thomas Hawk
Usado Con Permiso Bajo Licencia Creative Common
¡Qué difícil!
Oras, lees, te mueves, esperas, te callas, pero no parece haber ninguna solución.
¿Está uno sordo?
Porque dicen que Dios siempre habla.
¿No hablo el lenguaje de Dios?
Quizás no hablo su mismo... idioma.
Pero: lo has escuchado otras veces. No estás sordo. Sabes que Dios habla, porque lo ha hecho contigo tantas veces.
En esos momentos lo mejor es recordar la voz del Amado, de modo que sigamos conociéndolo cuando el vuelva a hablarnos. No olvidar que el habla. Recordar que ha hablado. Recordar su voz.
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