Sección 2 - Parte 1 “ABAJO LA IGLESIA, PERO HAGAMOSLA DE NUEVO”
Continúo la serie que digo que es "bien larga, en serio pero no se me desanimen", en la que medito acerca de en qué punto estamos como iglesia en la historia. Creo que podremos sacar muy buenas conversaciones de aquí. Espero que se identifiquen un poco con esto o no, son las cosas de la vida. Gracias a los que ya han comentado. Las soluciones que planteó vendrán pero primero daré la problemática en los primeros capítulos.
Finalmente encontramos apartamento. La búsqueda no ha sido larga (lo fue) y no ha sido difícil (y lo ha sido). Más que búsqueda hubieron otros problemas. Con nosotros está una amiga, ya mayor, pero que tiene más de 60 años en la fe. A mi me encanta conversar, principalmente de temas que me gusten. Así que, empezando con el “cómo se enamoró” de su ya fallecido esposo, seguimos hablando de historia, de iglesia, aquí en el país. Con lágrimas en los ojos nos contó como su esposo fue atropellado una y otra vez por aquellos que fueron sus compañeros de ministerio. Por denunciar las anomalías económicas (alias “robo”) que había en la denominación, fue excomulgado del área ministerial de la denominación, no podía ser pastor y, aunque sus años y su trabajo en esta lo acreditaban como la persona ideal para ser obispo, la primera disciplina congregacional de la denominación que se hizo en el país, se diseñó específicamente para que no pudiese ser elegido. Sin embargo, su amor por la iglesia y la denominación que con tantos años de trabajo ayudó a formar, no le permitió dejar la congregación que tanto amaba.
Llegamos a casa algunas horas después. Suena el teléfono y es la voz de un amigo, alguien que ha estado unido a mi por algunos 3 años específicamente en asuntos referentes al ministerio, la cosa es que nos identificamos tanto que aprovechamos el tiempo para conversar y eso nos ha hecho buenos amigos. No hemos compartido muchas cosas juntos, de hecho, en tres años, solo lo he visto por 8 semanas. Y aunque la distancia no nos permite compartir más, compartimos el amor por Cristo, por nuestros hermanos y por el ministerio. Llamadas como esas siempre te hacen sentir bien, porque sabes que una buena y divertida conversación se acerca. El, sirve como pastor de misiones de una iglesia de tamaño mediano (6,000 miembros) en California. Lamentablemente esta no será una de esas.
- Hello! Hermano (me dice en acento anglo).
- Hey! ¿Cómo estás man?
- Todo bien- afirma, aunque su voz se prepara para decirme con tristeza algo más. - Te llamó para informarte que estoy renunciando de mi posición en esta iglesia.
- ¿Qué?!!!- respondo en profundo asombro.
- Bueno, como ya sabes las cosas no han estado bien últimamente. Pensé en tomarme unas vacaciones para poder evitar por unos días el ambiente que ha estado rodeando el liderazgo de esta iglesia, tenía algunas 4 semanas acumuladas. Pero lo que pasó en la reunión de liderazgo de hoy (algo que no me comentó) simplemente me obliga a renunciar.
- Pero, ¿qué pasó?
- Mira, simplemente no puedo estar en un lugar donde esté en desacuerdo con muchas de las cosas y donde no estén interesados por la visión del Reino. ¿sabes que me dijo el Pastor Principal?
- ¿Aja?
- Que si comentaba las razones por las cuales renunciaba a mi posición como Pastor de Misiones, iba a tener que sacar a la luz algunos documentos confidenciales sobre mi manejo en la Iglesia.
- ¡Jajajajajajaja! – me reí, no de burla, sino porque conozco su integridad.
- Además, que mi familia ya no era bienvenida en esta congregación. Solo te llamé para comentarte esto, nadie lo sabe todavía y no quiero que la información te llegué de ninguna otra persona.
- Gracias hermano por confiar en mi- le dije, y después de despedirnos cerramos el teléfono.
Han pasado algunos días de esa conversación y decidí llamar a mi amigo. Nunca he estado en esa posición, principalmente porque el país donde vivo nunca se ha considerado el ministerio como un trabajo, así que no renuncias, te vas. Aparte que uno está acostumbrado a la forma caudillista de liderazgo de algunos (no todos) pastores Latinoamericanos. Pero, decidí llamarlo, porque sí, he estado en el lugar donde te preguntas “por qué”, ¿cómo estas cosas existen en la Iglesia de Cristo? Y lo llamé. Para animarlo, a no odiar, sino perdonar, y saber qué cosas habían estado en su cabeza durante estos días.
- Hey dude.
- Mi hermano (otra vez con el acento anglo pero en español)
- Te llamo para ver como has estado- le dije.
- Estoy bien, vacaciones forzadas y en algunas semanas volveré a buscar trabajo- me respondió.
- Mira, la razón por la cual te llamo es porque entiendo, que en la posición en que estás, puedes tender a no querer congregarte más y a juzgar lo que te ha pasado como la situación general del imperio cristiano mundial. Te lo digo con toda humildad, aun sabiendo que me llevas 15 años o más de experiencia en el ministerio y que has visto muchas cosas. Pero te amo hermano, y no quiero que seas de esos que luego andan diciendo de todo y están lejos de Dios. Y tienes una familia, y tus hijos necesitan amar a Dios, man.
- ¡Man! Me siento herido, no con Cristo, no con Dios, no con la Iglesia, amó a esa congregación y se que ellos no tienen la menor idea de lo que está pasando, sino con algunos de esos líderes, pero ellos son solo eso: hombres. A mis hijos (la mayor tiene 7 años) ya les he hablado de la situación y aunque ellos no entienden todavía, saben algo de lo que pasó y que vamos a congregarnos en otro lugar. A la mayor no le gustó mucho la idea de tener que conocer nuevos amigos y otra congregación… but, it is what it is (es lo que es), dude (pana).
- Man, que bueno que compartas esto con tus hijos y que bien que estes bien. Solo quería asegurarme de eso.
Después de ahí no he hablado más con él. Solo hace dos días, así que veremos como progresa todo esto. Pero tanto mi amigo como la abuelita y su esposo, son ejemplos de gente que han pasado por momentos dolorosos pero que entienden, que aparte de otros creyentes no se puede y no es la voluntad de Dios. No se el tamaño de sus heridas, a algunos los hace llorar, pero a diferencia de los otros, los que primero mencioné, y los que terminan odiando a Dios y a todo lo que tenga que ver con Cristo, principalmente su iglesia, estos terminan queriendo empezar nuevamente, trazándose soluciones en la cabeza, con la esperanza de que las cosas mejoren. Estos buscan la paz.
(continuará - por favor no pierdan la paciencia Gálatas 5:22)