PASO 1: DESTRUYE TUS IDOLOS, ROMPE TUS ALTARES, LLEGA A LA ORILLA Y QUEMA TU BARCO.
Este artículo viene de: ¡AH NO! SI QUIERES CRUCIFICAME...
Cuando pensamos en ídolos lo primero que nos llega a la cabeza es el santito aquel que mamá tiene en la sala, el cuadro del corazón de Jesús de abuela o cualquier cosa material que esté sobre Dios (dinero, carros, propiedades, tu abuelita, etc.). Yo me refiero a gente que admiramos mucho, hombres y mujeres de Dios, esos tipos que nos cautivan por su compromiso con Jesús, sus grandes empresas (que generalmente solo consisten en llenar estadios o iglesias de gente en un increíble show de luces y coreografía autodidáctica), su forma de transmitir la palabra y motivar (o manipular) a la gente.
Hay un solo problema: Tu admiración por ellos te puede estancar, los tienes como modelo de “cómo debe ser el ministerio” o “como debe ser la iglesia”. En tu corazón has idealizado que ser como ellos es lo correcto, y pueden ser la pared que impida que Dios trabaje en tu vida como debe trabajar. Son tu medida, tu paradigma, ves la vida con sus lentes, copias sus mensajes y hablas igual que ellos. ¡Qué pasa! Puedes ser más creativo que eso, Dios lo es, y tú, ¿por qué no? Así que consíguete un foto de el-ella o ellos, y diles que lamentablemente no podrás seguir siendo presidente del fan club, lanza la foto al zafacón (tacho, basura, o como le digan en tu país) y después de eso: ¡Felicidades! Has dado un gran paso para que avancemos.
No me malinterpretes: hay gente que merece nuestro respeto y admiración, pero no que nos convirtamos en sus seguidores. Es conducta humana natural: necesitamos a alguien a quien seguir, necesitamos que alguien haga lo que no podemos hacer, necesitamos que diga lo que no podemos decir. La razón por la que la iglesia sigue dando vueltas en el mismo círculo es que tenemos un modelo de cómo debe ser la gente, el ministerio, todos copian. Y desde que uno innova los otros siguen, es como replicación celular. Nosotros no escapamos de eso. El próximo paso es que nos convertimos en “don nadies” espirituales y transferimos todo lo que no podemos hacer a… nuestros ídolos. Como en la antigüedad. Pero muy pocos copian a Jesús.
Pablo advierte los corintios con respecto a esa conducta, sobre caerle atrás o admirar a un grupo de gente. Causa división, nos pone los unos contra los otros, aparta nuestros ojos de Cristo (1 Corintios 1:10-17; te recomiendo también leer los caps. 2 y 3 también). Así que si quieres que esto se arregle, el primer paso: DESTRUYE TUS IDOLOS, ROMPE TUS ALTARES, LLEGA A LA ORILLA Y QUEMA TU BARCO.
Pronto: PASO 2
2 comentarios:
Para evitar lo que decís, justamente es que hay que leer a loas clásicos e ir a la fuente.
El otro día un amigo me dijo: "Nuestro ambiente (la iglesia)está lleno de guitarreros."
Es así. Emn vez de leer a los clásicos le damos bola a un tipo que está de moda. Y tampoco producimos algo propio, compramos lo extranjero. Cuando en realidad, las situaciones de América Lationa son muy complejas y muy distintas de Europa y Norteamérica.
Un abrazo. Paz y bien.
Pd: ¿Así que te gusta Sabina y Fito? Tengo ese cd, está barbaro!!!
Fray: Me encanta Fito, no soy muy de Sabina pero ese CD está bárbaro...
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