miércoles, diciembre 16, 2009

LA IGLESIA QUE NO DA LA ESPALDA

"Es muy probable que el hombre que está seriamente convencido de que merece ir al infierno no acabe llegando ahí, mientras que el hombre que cree que es digno del cielo nunca entrará a ese bendito lugar."
A.W. Tozer

Pero por otro lado la historia parece ser diferente.
¿Quién es la iglesia?
Como he dicho anteriormente no todo el que piensa que es iglesia es iglesia ni todo el que piensa que no es iglesia no es iglesia, no todos nuestros circos son actos de adoración ni todas nuestras expresiones y programas "holocaustos" al Señor. Si es así, entonces hay una iglesia que no da la espalda, no sabe si está de frente o de lado o si es como es, pero hace lo que debe hacer. Su expresión natural es la voluntad de Dios.

Esta en la miseria, es luz en medio de nuestros dolores, comparte la herida con el enfermo y su comida con el hambriento, no le da miedo la pobreza porque sabe que es prospera. Todo lo tiene (techo y abrigo) y con eso es suficiente. No cree que Dios no tenga sentido, y da porque es bendecida y no para ser bendecida. No tiene problemas de identidad, y está tan segura de ella que no le preocupa quién es. No está en competencia con nadie, pues ¿por qué hay que competir? ¿qué hay que ganar?

A veces parece que no avanza, y que todas las puertas se cierran, que queda poca esperanza. Pero esa es la Iglesia, y ella: NO DA LA ESPALDA.

1 comentario:

Marcus McFedro Krauser dijo...

Esto no tiene que ver con el articulo que esta aqui, pero hablate algo ahi de los indicentes y anticristianos cristianos que se encargan de ensuciar el ambiente con contaminacion sonora ambiental. De esos carajos que ponen musica altisima y que irrespetan el derecho a la paz que tiene el projimo. A ver si los pastores que leen esto y los cristianos cojemos un chin de cabeza y aprendemos que con esos mecanismos estamos haciendo una campaña anticristiana y estamos distorcionando el mensaje, para que con nuestro acto de difucion llegue como un mensaje de ira, falta de respeto al projimo y rabia por la imposicion, de una doctrina, con los medios incorrectos y la forma incorrecta.