martes, marzo 24, 2020

ESPERAR… CUANDO NADA FUNCIONA

"El Espíritu de Dios está trabajando en nuestro interior, ¡y al mismo tiempo sentimos estos terribles dolores de parto! Nuestros cuerpos anhelan ser rescatados y liberados. Pero la espera no nos consume, así como tampoco una madre embarazada es consumida por el tiempo que debe esperar hasta el nacimiento de su hijo. La espera nos hace crecer. ¡Por supuesto que no vemos que estamos creciendo! Pero mientras esperamos, más crecemos, y si confiamos en Dios: nuestra expectativa se transformará en gozo." (Romanos 8:23-25 PAR)

Muy pocos sabemos esperar, ¡y mucho menos cuando no tenemos idea del “hasta cuando”! En la sociedad tan rápida en que vivimos (¿vivíamos?) “esperar” es (¿era?) considerado un lujo, y no todo el mundo “se lo daba”. Pero ahora somos forzados a esperar, y después de unos días eso nos lleva a hacernos la pregunta más elemental: ¿en qué esperamos?

Hablando de la situación actual:
• Al principio se esperaba en la ciencia, alguien que nos de una respuesta. “Google that”: y verás que hay tantas respuestas científicas que hasta es confuso.
• Estadísticas (a ver “cuánto” esperamos): pero esto es nuevo… no hay punto de referencia estable.
• Que alguna nación poderosa con sus recursos pudiese conseguir una solución rápida. Dejémoslo ahí.
• Quizás tienes dinero, alguito en el banco, la forma de darte ciertos gustos… es muy probable que pienses que después de esto la cosa se pondrá un poco agria y es posible que “no des abasto”.
• Et… cétera.

Ayer leía el Salmo 33, y me llamaron la atención estos versículos:
“El Señor anula los planes de las naciones…
Peros sus planes… permanecen para siempre.
La nación mejor equipada no puede salvar a su rey,
ni una gran fuerza es garantía de que de que se salvará un guerrero.
Ningún transporte de guerra es garantía de victoria;
por más fuerza que tenga: no siempre salvan.”
(Salmo 33:10a,11,16-17 PAR)

Tenemos que admitir que… con lo que tenemos en la mano no se puede enfrentar esta situación, entonces: ¿en qué esperamos? El libro de Romanos nos lleva a mirar la espera desde otro punto de vista: primero, esperemos en el Señor (como leímos en el Salmo: lo otro no garantiza nada); segundo: sí, estamos esperando el resultado, pero el Señor a través de su Espíritu ya va trabajando en medio de nosotros de modo que, aunque vemos que esto parece que nos va a consumir, lo que deberíamos ver es en lo que va a pasar en nuestro interior si volvemos nuestro rostro a Dios.

Un autor, que no se me permite poner su nombre, una vez dijo:
“Tarde o temprano, si estás en algún tipo de “caminar espiritual”, un evento, persona, muerte, idea, o relación con la que no podrás lidiar usando tus habilidades actuales, conocimiento adquirido o fuerza de voluntad, entrará a tu vida. Entonces serás, y debes ser llevado, al borde de tus recursos. En ese punto será necesario que tropieces con la piedra, o para ponerlo en un lenguaje más actual: perderás y deberás perder algo o en algo. Esta es la única forma en la que Dios-la vida-la gracia-el misterio pueden hacer que cambies, que dejes tus preocupaciones egocéntricas, y que vayas más lejos en tu jornada.
Y es que no hay una razón suficiente para dejar nuestra zona de confort. ¿Por qué lo haríamos? Francamente, ninguno de nosotros lo hará hasta que algo nos fuerce a hacerlo.”

Estamos siendo forzados a dejar nuestra zona de confort, poco a poco, en medio de una tragedia que oramos pase rápido. Pero, reflexionando en algo que hace años dijo David Wilkerson justo antes de morir:
“Amado, Dios nunca ha dejado de actuar en bondad y amor. Cuando todos los recursos fallan, su amor prevalece. Aférrate a tu fe. Permanece firme en su Palabra. No hay otra esperanza en este mundo.”

“Con el alma esperamos en el Señor,
pues él es nuestra ayuda y nuestro escudo.”
Salmo 33:20 RVC

¡Qué tengas un excelente día!
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Fausto Liriano • www.veldugo01.com
Bajo Licencia Creative Commons
Foto Cortesía de Thomas Hawk
Usado Con Permiso Bajo Licencia Creative Common


2 comentarios:

Yo soy Escribidor dijo...

Pasé por aquí después de tanto tiempo y disfruté este texto. Gracias, Fausto.

Fausto Liriano dijo...

Muchas gracias "Escribidor"...