80- ¡AY! LO TENGO QUE CONFESAR

"I can´t live with or without you."
U2

Tengo que confesarlo, aunque no me vayan a creer, hay algo muy dentro de mi, un anhelo, un detonante de nostalgia, que es incongruente con mi forma de pensar. Siento algo raro (pero chulo) al ver en esas iglesias de tradiciones antiguas (algunas metodistas, bautistas, pentecostales, etc.) a los padres, con sus hijos, y las abuelas, entrando a sus respectivos servicios algún domingo en la mañana. Me da un chin de... envidia. Todos bien vestiditos, listos para tomar sus himnarios y cantar, y luego sin ningún espectáculo ver entrar al pastor en saco y corbata listo para dar su mensaje a una congregación expectante en silencio (a veces).

Pero como dice la canción, en algunos de esos modelos (que no son malos, y que debo aclarar: algunos cumplen su propósito en el Reino) la libertad es reprimida, las personas son controladas, y el pastor es el "vice presidente" de Dios, y muchas veces dentro de las sonrisas de algunas familias hay destrucción, en los niños y jóvenes hay resentimiento contra la iglesia y la autoridad, y en las mentes creativas hay opresión. Así que no puedo vivir con eso... ni sin eso.

Sí, lo confieso: a veces me imagino yendo a mi iglesia un domingo en la mañana con mi ultrahipermega preciosa esposa, y mis hijos (Domínico y Argentina, que solo existen en nuestra imaginación... por ahora), en un servicio sencillo compartir con otros la comunión y el amor de Dios. Pero el celo... y un buen celo... me consume...


Oh oh oh oh....
Oh oh oh oh...
Oh oh oh oh...
With or without you...