Paradojas Transmutacionales (DevosEnOriginales 05)

הֲיִפָּלֵ֥א מֵיְהוָ֖ה דָּבָ֑ר
Génesis 18:14

Esto es, señoras y señores, una de las grandes paradojas de nuestro caminar con Dios: A veces la duda nos visita en el mismo momento en que Dios también lo hace . Dos ejemplos bíblicos de esta paradoja (y te aseguro que hay más) los tenemos en cuando Dios ratifica Su promesa a Abraham y este le dice que cómo es que el Señor piensa cumplirlas si él no tiene hijos (si ven alguna vez a Abraham díganle que la promesa incluía que tendría un hijo entonces cumplirla también) y el segundo lo vemos en la historia en donde Dios se aparece en la “Villa Abraham” y Sara se ríe… ¡en la cara De Dios!. El nombre que le pondrían a este hijo, “Isaac” (יִצְחָק algo así como “él reirá” en hebreo), sería para ellos y para nosotros el recuerdo continuo de que Dios se ríe de nuestras dudas cuando nosotros nos reímos o consideramos difíciles el cumplimiento de sus promesas.

La respuesta De Dios a Sara es un buen recordatorio también para nosotros:

הֲיִפָּלֵ֥א מֵיְהוָ֖ה דָּבָ֑ר לַמּוֹעֵ֞ד אָשׁ֥וּב אֵלֶ֛יךָ כָּעֵ֥ת חַיָּ֖ה וּלְשָׂרָ֥ה בֵֽן׃

Dios no solo ratifica la promesa, sino que acentúa que es en una nueva visita del Señor (אָשׁ֥וּב אֵלֶ֛יךָ כָּעֵ֥ת חַיָּ֖ה) que esa promesa se cumplirá. Como diciendo: “Para que le avises a la duda que no es bienvenida”.

Es natural que la duda “interactúe” con nuestra fe, a veces es leve pero, en otras ocasiones, se convierte en una verdadera prueba interior que puede acabar con la fe que queda en nosotros si no le prestamos atención. Al menos salgamos de ella cuando por ahí Dios ratifique a nuestras vidas lo que personalmente ha prometido. Porque Dios promete y cumple.

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Fausto Liriano • www.veldugo01.com
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